EL GOBIERNO DE MILEI LLAMA ‘FALKLANDS’ A LAS MALVINAS, UN ERROR QUE ESCONDE UNA TRAICION
Publicado: 27/10/2024
Las encuestas anticipan un escenario reñido para el 5 de noviembre en una contienda marcada por acusaciones y tensiones en torno a la economía, migración y seguridad nacional.
La decisión del gobierno de Javier Milei de referirse a las Islas Malvinas como ‘Falklands’ en un comunicado oficial ha generado indignación y preocupación en la arena política y social. Este acto, lejos de ser un simple error protocolar, revela una postura permisiva ante los intereses británicos que, para muchos, raya en la traición a la soberanía argentina.
Desde Cancillería, la situación es calificada como un “desorden total”, en el que prevalecen directrices contradictorias y una desconexión entre el presidente y la diplomacia argentina. La canciller Diana Mondino, superada por las internas y por el círculo cercano al mandatario, parece incapaz de frenar una serie de decisiones que alejan al país de su tradicional defensa soberana. Este desliz, inédito en la historia diplomática argentina, suma un golpe de desprestigio en un momento en el que Argentina enfrenta un aislamiento creciente en la región y el mundo.
Las repercusiones no se hicieron esperar. Países aliados de Argentina, como Brasil y México, han expresado preocupación por la dirección errática de la diplomacia argentina. La Cancillería hoy se encuentra en un clima de extrema tensión, con un cuerpo diplomático que, lejos de alinearse con las políticas de Milei, advierte sobre las consecuencias de una política internacional que parece priorizar una agenda ultraliberal en detrimento de los intereses nacionales.
SEl uso de ‘Falklands’ no es un desliz menor: jamás un gobierno argentino utilizó este término en una declaración oficial. En contraste, el Reino Unido jamás ha hecho referencia a las ‘Malvinas’ en un texto formal. Las consecuencias de este giro impactarán en las aspiraciones de Argentina en foros internacionales como el Comité de Descolonización de la ONU, donde la postura histórica del país ha sido clara y firme.
La posible entrega de la causa Malvinas a la influencia británica deja una marca indeleble en la administración de Milei, quien, en vez de fortalecer la defensa de la soberanía argentina, parece optar por una actitud de complacencia que muchos califican de traición.