En un encuentro que reunió a referentes de múltiples agrupaciones políticas y sociales en el centro porteño, se presentó oficialmente “Confluencia”, un espacio que busca constituir un frente amplio en la Ciudad de Buenos Aires. Este nuevo movimiento está impulsado por organizaciones como Unidad Popular, Forja, Libres del Sur, Soberanxs, y otros colectivos, quienes compartieron un manifiesto para denunciar las políticas del actual gobierno de Javier Milei y el modelo macrista, que, afirman, ha consolidado la desigualdad. y multiplicando la pobreza.

Propuestas para una Buenos Aires más justa

“Confluencia” se diferencia de otros movimientos en su rechazo a ser solo una herramienta electoral, enfocándose en una propuesta de cambio estructural. Su manifiesto señala como objetivo fundamental "recuperar la ciudad para quienes la habitan", y propone destinar parte del fondo anticrisis porteño a políticas de impacto social inmediato. Entre las iniciativas destacan la construcción de viviendas para alquiler social, el desarrollo de espacios verdes y la creación de polideportivos gratuitos, medidas que buscan aliviar el contexto crítico de una ciudad donde la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos afectan a más de la mitad de la población.

Críticas a Milei y al macrismo

Durante el acto, los referentes señalan el desmantelamiento del Estado y la represión de Milei como el “proyecto autoritario” que reinstala paradigmas de la última dictadura, mientras el modelo macrista es acusado de enriquecer a pocos a la costa de la mayoría. Claudio Lozano, de Unidad Popular, sostuvo: “Este frente requiere democracia participativa y apertura a la comunidad; no es un mero acuerdo electoral ni una suma de fracasos”.

Con este lanzamiento, "Confluencia" se presenta como un movimiento inclusivo y popular, invitando a los porteños a unirse para construir una Buenos Aires más democrática e igualitaria, capaz de poner fin a las políticas de Milei ya dos décadas de gestión neoliberal en la capital.

La decisión del gobierno de Javier Milei de referirse a las Islas Malvinas como ‘Falklands’ en un comunicado oficial ha generado indignación y preocupación en la arena política y social. Este acto, lejos de ser un simple error protocolar, revela una postura permisiva ante los intereses británicos que, para muchos, raya en la traición a la soberanía argentina.

Desde Cancillería, la situación es calificada como un “desorden total”, en el que prevalecen directrices contradictorias y una desconexión entre el presidente y la diplomacia argentina. La canciller Diana Mondino, superada por las internas y por el círculo cercano al mandatario, parece incapaz de frenar una serie de decisiones que alejan al país de su tradicional defensa soberana. Este desliz, inédito en la historia diplomática argentina, suma un golpe de desprestigio en un momento en el que Argentina enfrenta un aislamiento creciente en la región y el mundo.

Las repercusiones no se hicieron esperar. Países aliados de Argentina, como Brasil y México, han expresado preocupación por la dirección errática de la diplomacia argentina. La Cancillería hoy se encuentra en un clima de extrema tensión, con un cuerpo diplomático que, lejos de alinearse con las políticas de Milei, advierte sobre las consecuencias de una política internacional que parece priorizar una agenda ultraliberal en detrimento de los intereses nacionales.

SEl uso de ‘Falklands’ no es un desliz menor: jamás un gobierno argentino utilizó este término en una declaración oficial. En contraste, el Reino Unido jamás ha hecho referencia a las ‘Malvinas’ en un texto formal. Las consecuencias de este giro impactarán en las aspiraciones de Argentina en foros internacionales como el Comité de Descolonización de la ONU, donde la postura histórica del país ha sido clara y firme.

La posible entrega de la causa Malvinas a la influencia británica deja una marca indeleble en la administración de Milei, quien, en vez de fortalecer la defensa de la soberanía argentina, parece optar por una actitud de complacencia que muchos califican de traición.

Ricardo Alfonsín, junto a Silvia Saravia, referente de Libres del Sur, recorrió los municipios de Tigre y La Matanza para impulsar una construcción unitaria de los sectores progresistas frente a la crisis económica. La jornada en Tigre incluyó diálogos con vecinos y comerciantes en el Mercado de Frutos y la Terminal del Tren Mitre, donde ambos dirigentes reconocieron testimonios sobre el deterioro del consumo, las dificultades de las pymes y el impacto de la inflación en los hogares.

Al finalizar la recorrida, Alfonsín y Saravia se reunieron con el intendente de Tigre, Julio Zamora, para reforzar su compromiso con alianzas que prioricen el bienestar social y económico. "Hoy necesitamos unidad para combatir una política económica que aumenta la pobreza y el desempleo mientras los salarios y jubilaciones se derrumban", manifestó Alfonsín.

La visita continuó en La Matanza, con una serie de encuentros en Ramos Mejía y Villa Luzuriaga, donde fueron recibidos por dirigentes socialistas y comunitarios. En la Casa de Auxilio de Ramos Mejía, Alfonsín y Saravia dialogaron con el presidente de la entidad, Arturo Ter Akopian, y el diputado socialista Esteban Paulón sobre la gravedad de la crisis en el conurbano y la necesidad de una alternativa progresista. Posteriormente, en un centro comunitario de Villa Luzuriaga, participó en una jornada de salud y nutrición infantil, poniendo en foco la urgencia de políticas sociales activas.

Silvia Saravia destacó el apoyo recibido de vecinos y comerciantes y subrayó la desconexión entre el discurso oficial y la realidad: “El deterioro del poder adquisitivo es evidente; mientras el titular de ANSES lo llama una 'sensación', los pequeños comerciantes nos cuentan cómo las ventas se desploman”. Alfonsín, por su parte, apuntó contra la política económica del gobierno: “La política sin ética abandona a la población en el hambre y la recesión, y esta fue la vía que eligieron, aunque lo nieguen”.

Ambos dirigentes coincidieron en la urgencia de consolidar una alternativa progresista que proponga soluciones reales para enfrentar la crisis y que, además de denunciar las políticas actuales, construya un proyecto de país inclusivo y solidario.

Desde ADN Populares, manifestamos nuestro más enérgico repudio a las recientes declaraciones del presidente Javier Milei, quien expresó su “morbo” por “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina adentro”. Estas palabras no son solo un exabrupto; son un ataque deliberado que revela una peligrosa política de odio y descalificación, contraria a los principios democráticos que deben gobernar nuestro país.

Las afirmaciones de Milei, dirigidas a una figura que simboliza no solo a una corriente política, sino a millones de argentinos, muestran un intento de eliminar simbólicamente a toda una historia política. No se trata solo de una disputa interna; es un ataque frontal contra la misma democracia. “¿Cuántas veces habrá que repudiar el odio y la violencia de las palabras de Milei?”, se preguntan muchos en el ámbito político. La respuesta es clara: mientras permanezca en el poder, el repudio debe ser constante.

Milei no solo intenta borrar a Cristina Fernández de Kirchner, sino también desviar la atención de su propio fracaso económico. Sus declaraciones encubren la realidad de un modelo que ha llevado al país a niveles de alarma de pobreza y exclusión social. En lugar de gobernar para el bienestar de todos los argentinos, busca confrontar y dividir, propagando un clima de odio que desestabiliza la convivencia pacífica. “Lo que Milei quiere enterrar es la dignidad del pueblo argentino”, y lo personifica en CFK porque fue con ella que la Argentina logró avances significativos.

Es inaceptable que el presidente de la Nación, en lugar de fomentar un ambiente de respeto y diálogo, utilice su posición para amenazar a una figura política que ha sido víctima de un atentado contra su vida. Las palabras de Milei no solo atacan a Cristina Fernández de Kirchner como dirigente, sino que también despojan a la política de su esencia más humana. “No podemos permitir que su retórica de odio defina nuestra realidad; sus fantasías deben ser tratadas en un ámbito privado, no desde el ejercicio del poder”, debe resonar como un clamor en nuestra sociedad, que anhela una convivencia democrática sin hostilidad.

Por último, es esencial recordar que no solo Cristina Kirchner está en la mira de Milei. Aquellos que creen que su violencia verbal se limita a ella están equivocados. La política de odio que él representa pone en riesgo la misma democracia, y es urgente que todas las fuerzas políticas se unan para ponerle un freno. Desde ADN Populares, hacemos un llamado a la unidad y al respeto, porque solo así podremos construir un futuro digno para todos los argentinos, lejos de la barbarie y la división.

En un contexto marcado por la polarización y el avance de un modelo de gobierno que, bajo la gestión de Javier Milei, amenaza con precarizar aún más las condiciones de vida de los sectores más vulnerables, el Día de la Lealtad adquirió un renovado significado. El peronismo, en todos sus vertientes, debía unirse y llenar la Plaza de Mayo, junto con los sindicatos, la CGT, las dos CTA, los movimientos sociales, los jubilados, los universitarios, los jóvenes y las compañeras feministas. La convocatoria debía incluir a líderes como Cristina Kirchner, Ricardo Quintela, Máximo Kirchner, Axel Kicillof, los intendentes del conurbano y los cinco gobernadores que representan al peronismo.

Si había un momento para pararse y afirmar "aquí está el peronismo", era el 17 de octubre. Sin embargo, no se hizo un acto en la Plaza de Mayo. La ausencia de este evento ha dejado una pregunta resonando en el aire: ¿por qué no se llenó la Plaza este 17 de octubre? ¿Por qué no se hicieron los esfuerzos necesarios para que los trabajadores y las trabajadoras expresaran su descontento y defendieran los intereses de la patria?

Es fundamental reflexionar sobre este vacío y reconocer que, como comunicadores del campo nacional y popular, debemos replantearnos por qué no estuvimos allí. Meses antes de esta fecha, cuando ya intuíamos que no habría una convocatoria, debimos exigir desde nuestros medios la unidad del peronismo, por el bien del campo nacional y popular, de la República y de los derechos de todos los argentinos y argentinas.

El Día de la Lealtad no debe ser solo un recuerdo, sino un llamado a la acción ya la movilización en defensa de los principios que nos unen. Este 17 de octubre, la lealtad no se limitó a la figura de un líder, sino que se reafirmó como un compromiso colectivo con la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Aunque no estuvimos a la altura en esta ocasión, la lucha por un país más justo, solidario e inclusivo continúa, y debemos ser protagonistas en su construcción.

Desde estas líneas, hacemos un llamado a la reflexión ya redoblar los esfuerzos necesarios para construir la unidad del peronismo y del campo popular, en defensa de la patria y de los sectores más humildes. Este compromiso es fundamental para enfrentar los desafíos que nos presenta el contexto actual y garantizar un futuro más justo y solidario para todos los argentinos.

El sector mayoritario de la Confederación General del Trabajo (CGT) se ha adentrado en la interna del Partido Justicialista (PJ) con un documento que, aunque evita mencionar directamente a Cristina Kirchner, desliza críticas hacia su liderazgo. La nota, redactada por los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña, reclama una profunda renovación en la conducción del peronismo.

En el texto, los dirigentes gremiales subrayan la necesidad de convocar a todos los sectores afines, destacando que "no es con personalismos que vamos a encaminar la recuperación de la confianza ciudadana". Este llamado a la unidad se produce en un contexto en el que los vínculos entre ciertos sectores del sindicalismo y el gobierno de Javier Milei están en tensión.

La CGT enfatiza que "es preciso iniciar un proceso de renovación genuina", sugiriendo que solo con nombres propios no se alcanzará el objetivo deseado. Los sectores de "Los Gordos" y "los independientes" abogan por avanzar hacia un programa común que respete los principios fundamentales del peronismo: justicia social, independencia económica y soberanía política.

El pronunciamiento llega en un momento delicado, con el triunviro Pablo Moyano en el extranjero, y en medio de la renuncia de Mario Manrique, del Smata, quien se distanció de la conducción "dialoguista" por el acercamiento a la gestión de Milei. El documento critica abiertamente el modelo de gobierno actual, denunciando que "ajusta gravemente los ingresos de los que menos tienen" y favorece a sectores concentrados de la economía, al tiempo que posterga la atención a jubilados y desfinancia la salud y la educación pública.

Asimismo, entre los dirigentes de los sectores "Gordos" e "independientes", crece el apoyo hacia el gobernador Axel Kicillof, considerado el candidato más viable para liderar al PJ en las elecciones de 2027. Existe un deseo de que Kicillof mantenga su autonomía frente A Kirchner, lo que podría redefinir las alianzas dentro del peronismo.

Este pronunciamiento de la CGT es la primera manifestación pública sobre la interna del PJ, justo a horas del cierre de listas. La próxima reunión entre el gobernador riojano Ricardo Quintela y Cristina Kirchner será clave para definir el rumbo del partido. Si se presenta una elección interna entre dos listas, es probable que este sector de la CGT se posicione más cerca de Quintela que de CFK, un escenario que se desarrollará cuando finalice el plazo de inscripción de listas.

Cristina Fernández de Kirchner formalizó este lunes su candidatura a la presidencia del Partido Justicialista (PJ) con la lista "Primero La Patria", avalada por dirigentes y militantes de provincias clave como Buenos Aires, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Río Negro, entre otras. La inscripción se realizó con los apoderados Anabel Fernández Sagasti, Teresa García y Gustavo Arrieta, quienes también solicitaron la reserva de los colores celeste y blanco para la lista.

La exmandataria apuntó a un liderazgo claro del PJ, tras la renuncia de Alberto Fernández en agosto, en un contexto donde el peronismo busca reorganizarse frente al avance de la ultraderecha representada por el gobierno de Javier Milei. Desde principios de octubre, un "operativo clamor" pedía que CFK asumiera la conducción del partido para enfrentar los nuevos desafíos políticos.

"Primero La Patria" refleja el deseo de consolidar un liderazgo fuerte y unificado dentro del PJ, capaz de articular una oposición robusta y popular. "La unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría", expresó Fernández en una carta reciente, confirmando su voluntad de asumir el reto.

Por su parte, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, presentó su lista "Federalismo y Justicia", convirtiéndose en el principal rival de Cristina en las internas del 17 de noviembre. Quintela, quien cuenta con el apoyo de sectores del interior, destacó la importancia de que los afiliados "determinen quién quiere que los represente" y no descartó un encuentro con la expresidenta para dialogar antes de la elección.

Estas internas definirán quién conducirá el PJ en un momento crítico para el peronismo, en medio de la crisis económica y social que atraviesa el país bajo la gestión de Milei. La contienda entre Cristina y Quintela promete marcar el futuro del movimiento justicialista, con la vista puesta en una renovación que pueda enfrentar los desafíos que se avecinan.

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió en el Instituto Patria con Andrés Watson, Julio Pereyra y Carlos Kunkel para analizar la situación política del país y el futuro del peronismo, a pocos días de la definición de las internas del PJ. Durante el encuentro, se mencionó que el gobernador Ricardo Quintela no habría atendido un llamado de Cristina, y se espera que en los próximos días Axel Kicillof haga público su apoyo a la candidatura de Fernández de Kirchner, lo que sería clave para movilizar un amplio sector del peronismo.

Entre los puntos discutidos, se destacó la reciente llamada que Cristina realizó al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, quien no habría respondido. Este hecho pone de manifiesto las tensiones existentes dentro del peronismo y la urgencia de unificar posiciones en un momento crucial para el futuro del movimiento.

Por otro lado, se sugiere que Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, podría brindar su apoyo a la candidatura de Cristina, lo cual resultaría fundamental, dado que Kicillof cuenta con una base sólida que podría movilizar a un amplio sector del peronismo. Se estima que hay figuras que, aunque no pertenecen a La Cámpora ni son intendentes, estarían trabajando para acercar posiciones y crear un frente unido.

A medida que se acercan las internas, se vislumbran dos posibles listas que podrían presentarse en la contienda. La reunión en el Instituto Patria pone de relieve la necesidad de diálogo y cohesión entre los líderes peronistas. Cristina Fernández de Kirchner continúa buscando establecer vínculos y fortalecer alianzas en un panorama político que se vuelve cada vez más desafiante.

El PRO ha confirmado su respaldo al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, tras una reunión por videoconferencia encabezada por el exmandatario Mauricio Macri. La decisión se discutió en un encuentro de la mesa directiva del partido, donde participaron gobernadores y referentes legislativos. La postura del PRO se llevará a la sesión especial de la Cámara de Diputados, convocada para el miércoles próximo, en la que también participarán bloques dialoguistas y el kirchnerismo.

El PRO argumenta que su bloque ya había votado mayoritariamente en contra de la ley en semanas recientes. En un comunicado, el partido sostuvo que “somos coherentes con la necesidad de sostener el equilibrio fiscal como prioridad para que nuestro país salga adelante”, reafirmando su respeto por la ley de Administración Financiera. Además, critican la gestión del Gobierno nacional en relación a las universidades, apuntando a la falta de profesionalidad y gestión de la administración actual.

El comunicado también plantea tres exigencias al gobierno de Milei: convocar a un diálogo urgente con los gremios universitarios, incluir las necesidades de las universidades en el proyecto de presupuesto 2025 y derogar la resolución del ex procurador Carlos Zanini que limita la auditoría de las universidades. A medida que se acerca la reunión de bloque del PRO, los diputados se preparan para expresar una postura alineada con la conducción partidaria en este crucial tema educativo.

Mauricio Macri organizó una reunión en su casa en Acassuso con seis senadores del bloque PRO para discutir el veto del presidente Javier Milei al aumento de fondos para las universidades, una decisión que ha causado preocupación en el oficialismo. En el encuentro, Macri adoptó una postura cautelosa, afirmando que espera una negociación con la Casa Rosada y que, por el momento, prefiere comunicarse con Milei a través de mensajes de texto para evitar malentendidos.

Durante la reunión, que comenzó a las 8:45 y fue acompañada por un café servido por Juliana Awada, Macri expresó su descontento con la falta de avances en sus conversaciones anteriores con Milei, señalando que sus propuestas eran bloqueadas por Santiago Caputo y Karina Milei. "Hace rato que no hay milanesas", comentó, refiriéndose a la reducción de sus encuentros personales con el presidente.

Asistieron al encuentro el líder de la bancada, Luis Juez, y otros senadores como Carmen Álvarez Rivero, Alfredo De Angeli, Andrea Cristina, Martin Goerling y María Victoria Huala. La ausencia más notable fue la de Guadalupe Tagliaferri, quien tenía un viaje previamente programado.

La foto del grupo en el jardín de Macri generó reacciones en Balcarce 50 y en el bloque liderado por Cristian Ritondo en la Cámara Baja, donde los diputados del PRO, liderados por Alejandro Finocchiaro, intentan persuadir a sus colegas para respaldar el veto de Milei. Sin embargo, la historia reciente muestra que las decisiones de Macri han socavado acuerdos que se habían logrado con esfuerzo.

El nerviosismo entre los libertarios ha crecido, al punto de que el vocero Manuel Adorni tuvo que aclarar en un programa de televisión que sería "razonable" que el PRO apoyara el veto, similar a su respaldo anterior a la ley de movilidad previsional. Algunos senadores presentes en la reunión reconocieron que existen diferencias de opinión con el gobierno, pero la intención sería "caminar juntos sin subirse a cococho", subrayando que la educación pública es un valor fundamental para el PRO.

A la espera de la reunión del bloque de diputados del PRO programada para el próximo martes, los senadores decidieron posponer cualquier decisión formal. Ellos esperan ver cómo se desarrollan los acontecimientos antes de pronunciarse sobre el respaldo al veto, en medio de un clima de incertidumbre que ha caracterizado el actual contexto político.

La vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, se reunió este martes con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. El encuentro, marcado por un carácter reservado, incluyó la firma en el Libro de Honor y el intercambio de obsequios. Sin embargo, la conversación que más ha captado la atención pública fue aquella en la que ambos líderes discutieron sobre el uso de bitcoin, un tema que despierta tanto interés como controversia en sus respectivos países.

Villarruel inició el diálogo al abordar la creciente preocupación en Argentina sobre el crimen organizado y la violencia, interpelando a Bukele sobre su estrategia para combatir las Maras, que han dejado una huella de terror en El Salvador. Bukele, conocido por su enfoque de mano dura, compartió su experiencia al reducir la tasa de homicidios en su país, pero sus métodos han sido objeto de críticas internacionales por las violaciones a los derechos humanos y la falta de debido proceso.

En un momento donde el narcotráfico también es un tema candente en Argentina, la senadora Carolina Losada destacó el grave problema que enfrenta su provincia con el crimen organizado, sugiriendo que la situación es alarmante y requiere atención urgente. Sin embargo, Bukele desvió la conversación, argumentando que, aunque la inseguridad ha aumentado, Argentina sigue siendo más segura en comparación con su país, donde el control de las pandillas era absoluto.

Los antecedentes de la administración Bukele son complejos: su gobierno ha sido denunciado por la represión de la oposición y el debilitamiento de las instituciones democráticas. La preocupación por la "normalización" de un enfoque autoritario en el combate al crimen se hace evidente en las palabras del presidente salvadoreño, quien a menudo enfatiza la "unión de todos los sectores" como clave para enfrentar la inseguridad.

Villarruel concluyó la reunión enfatizando la importancia de forjar lazos entre Argentina y El Salvador, pero el encuentro con Bukele plantea interrogantes sobre la dirección de las políticas de seguridad en el país y si esta asociación no podría significar un alineamiento con un modelo que desatiende los derechos humanos en favor de medidas represivas.