El ministro bonaerense advirtió que el proyecto “va contra el mundo” y alertó que busca llevar al país a un modelo “preperonista” sin derechos laborales. Señaló que mientras el mundo discute la reducción de la jornada, el gobierno de ultraderecha propone extenderla.
El ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, llamó este martes a los legisladores nacionales a rechazar la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei, a la que definió como “una iniciativa fuera del contexto mundial” que pretende “volver a un país preperonista, sin derechos ni conquistas”. En declaraciones a Radio Provincia, el funcionario sostuvo que el planteo del Ejecutivo nacional “no tiene sustento en la realidad global” y que, lejos de modernizar el sistema, “pretende retroceder más de 70 años en materia de derechos laborales”.
Correa explicó que la provincia de Buenos Aires, bajo la conducción de Axel Kicillof, decidió participar activamente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “ante la deserción del Estado nacional” para seguir discutiendo políticas de empleo en un escenario internacional que camina en sentido contrario al propuesto por Milei. “En la OIT y en los países desarrollados lo que se debate es cómo reducir la jornada laboral, cómo mejorar la productividad sin agotar a los trabajadores y cómo incorporar los avances tecnológicos sin destruir empleo”, subrayó.
El ministro contrastó ese proceso global con la propuesta del gobierno nacional de ampliar la jornada hasta 13 horas diarias. “En Brasil se trabaja 44 horas semanales, en Chile 40, y en la Argentina seguimos con un tope de 48, que ya es una de las más extensas de la región. Pero Milei pretende extenderla todavía más, en un marco de pérdida de derechos y flexibilización total. Eso no es modernización: es precarización”, sentenció.
Correa defendió la vigencia de los convenios colectivos de trabajo como herramienta de equilibrio y adaptación a los cambios tecnológicos. “Los convenios son un instrumento vivo. Permiten discutir los ritmos de producción, las condiciones laborales y los desafíos de la automatización. Si tomamos una máquina de un taller de los años ‘70 y la comparamos con una actual, el cambio tecnológico es enorme, pero las normas y los acuerdos permiten actualizarse sin destruir derechos”, explicó.
El titular de la cartera laboral recordó que “sin cambiar una sola coma de la ley de contrato de trabajo y con políticas de Estado junto a los sindicatos y las empresas, Néstor y Cristina Kirchner crearon cinco millones de empleos”. En ese sentido, destacó que el crecimiento del empleo “no depende de eliminar derechos, sino de generar condiciones productivas, fortalecer el mercado interno y acompañar a la industria nacional”.
Correa también denunció la “discriminación política” del gobierno nacional hacia la provincia de Buenos Aires, a la que Milei excluyó del diálogo político con los gobernadores. “Kicillof no se arrodilla. No especula, no negocia derechos y sostiene su compromiso con el pueblo trabajador. Por eso lo dejan afuera: porque no forma parte del negocio del ajuste”, afirmó.
Finalmente, el ministro advirtió sobre la “ofensiva sistemática contra las organizaciones sindicales”, a las que definió como “la última línea de defensa frente al avance de la extrema derecha”. “Este gobierno, aliado a los sectores más reaccionarios del mundo, como Donald Trump, busca desarticular a los sindicatos porque son los que garantizan la resistencia. No van solo contra el peronismo, van contra la organización de los trabajadores”, concluyó.