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Nota Completa

BIBLIOTECAS POPULARES EN LUCHA CONTRA EL VACIAMIENTO CULTURAL

Publicado : 23/10/2025
(Review)

Tras la caída del decreto que degradaba a la CONABIP, el sector denuncia demoras en los subsidios, trabas burocráticas y prácticas que apuntan a desmantelar la red cultural comunitaria más grande del país.

Caído el Decreto 345, que degradaba a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), las bibliotecas de todo el país siguen sin recibir los subsidios de gastos corrientes que por ley les corresponden. Mientras las cuentas no cierran y las puertas se sostienen a pulmón, la gestión de Raúl Escandar profundiza el ajuste y el vaciamiento cultural con prácticas biblioclásticas, disfrazadas de excusas burocráticas y requisitos imposibles de cumplir.

Desde el colectivo Bibliotecas Populares en Lucha denuncian que no se trata de errores administrativos, sino de una decisión política deliberada de vaciamiento cultural. “Restringir fondos, demorar los pagos y excluir bibliotecas es parte de un plan sistemático de desmantelamiento del entramado social y cultural que las bibliotecas populares han construido durante más de un siglo”, advierten en el comunicado.

Las preguntas son directas y urgentes:
¿Dónde está el dinero del Fondo Especial que pertenece por ley a las bibliotecas?
¿Por qué no se informa públicamente el estado de ejecución de esos recursos?
¿Hasta cuándo van a jugar con el esfuerzo de miles de voluntarios que sostienen las bibliotecas populares en todo el país?

El sector exige una reunión urgente con el presidente de la CONABIP, Raúl Escandar, para que rinda cuentas sobre la ejecución de los fondos y convoque de inmediato a la Junta Representativa, órgano previsto por ley para garantizar la participación del movimiento bibliotecario en la toma de decisiones. “No vamos a aceptar más dilaciones, ni mentiras, ni excusas”, sostienen.

Las bibliotecas populares no son enemigos del Estado: son parte viva del entramado social y cultural argentino, espacios donde se preserva la memoria colectiva, la educación popular y el derecho del pueblo a la información.
Por eso, el reclamo trasciende lo sectorial: defender las bibliotecas es defender la cultura, la soberanía y la democracia.