A 130 años de su nacimiento, Juan Domingo Perón sigue siendo referencia de derechos laborales, justicia social y construcción de un Estado soberano frente a los desafíos del presente.
Hoy se cumplen 130 años del nacimiento de Juan Domingo Perón en Lobos, Buenos Aires, en 1895. Militar argentino formado en el Ejército, líder político y creador de un movimiento que trasciende cualquier partido, Perón interpretó como nadie el sentir y el porvenir del pueblo argentino. Desde su llegada al poder en 1946 y su reelección en 1952, consolidó un proyecto propio, nacido de la Argentina, que articuló justicia social, independencia económica y soberanía política como pilares de un movimiento que incluye al Partido Justicialista, al sindicalismo, a la sociedad civil y a los sectores culturales, consolidando así la identidad nacional del pueblo argentino frente a los desafíos históricos y actuales.
El peronismo se inscribe en una línea histórica de aquellos que soñaron con una Argentina Grande, una identidad nacional que se construye desde la soberanía, la defensa del pueblo y la organización social. José de San Martín, con su proyecto de independencia y unidad continental; Juan Manuel de Rosas, con su firme defensa de la soberanía frente a las potencias extranjeras; y finalmente Juan Domingo Perón, con la articulación de justicia social, independencia económica y soberanía política, representan un hilo conductor que interpreta y pone al pueblo argentino en el centro de la historia. Perón no solo continuó esa tradición, sino que la consolidó con un movimiento que transformó la vida de millones de argentinas y argentinos y que sigue vigente como referencia de identidad nacional.
El peronismo sostiene que la realización individual se logra únicamente dentro de una comunidad organizada. Nadie puede triunfar aisladamente si todo lo que lo rodea no se realiza. Por eso, la justicia social no es un ideal abstracto: es la organización concreta de la sociedad que permite que cada persona desarrolle sus capacidades dentro de un marco colectivo. Perón comprendió que un proyecto nacional requiere del Estado como garante de derechos y del trabajo organizado como motor de transformación, generando salarios dignos, estabilidad laboral, acceso a educación y salud, y promoviendo políticas de vivienda que mejoren la vida del pueblo.
Durante sus gobiernos, Perón implementó políticas concretas que transformaron la vida del pueblo argentino. Se impulsó la industrialización nacional, con el desarrollo de fábricas y la protección de la producción local, al tiempo que se consolidó un modelo de trabajo organizado que garantizó estabilidad laboral y salarios dignos. En materia educativa, se promovió la construcción de escuelas y universidades, ampliando el acceso a la formación de millones de jóvenes, y se fortalecieron los servicios de salud pública para garantizar cobertura a toda la población. Asimismo, se implementó el turismo social, acercando la posibilidad de vacaciones y recreación a trabajadoras y trabajadores, y se desarrolló la marina mercante nacional, protegiendo los intereses estratégicos del país y asegurando su soberanía sobre el comercio marítimo.
Perón también defendió activamente la independencia económica y la soberanía política de Argentina, limitando la extranjerización de recursos estratégicos y promoviendo empresas estatales que fortalecieran el control nacional sobre sectores clave de la economía. Se crearon políticas sociales que aseguraron vivienda digna, seguridad social y derechos laborales universales, consolidando un Estado presente en la vida cotidiana de la población. Estos logros no fueron meros símbolos: representaron avances concretos que transformaron la vida de millones y dejaron un modelo de gestión nacional que sigue siendo referencia para el peronismo y para todo el país.
A 130 años de su nacimiento, la vigencia del peronismo es más clara que nunca. Frente al desastre generado por el gobierno libertario-neoliberal de Javier Milei, queda evidente que la única alternativa real para poner de pie a la Argentina es el peronismo. Su doctrina y sus ideas siguen siendo referencia para construir una democracia que respete la justicia social, la soberanía y la independencia económica, pilares que hoy están amenazados y que cada generación tiene la responsabilidad de defender.
Celebrar a Perón es reafirmar que el peronismo no es solo un partido político, sino la identidad nacional del pueblo argentino. Es reconocer la capacidad de organizar, movilizar y transformar, de colocar al pueblo en el centro de la política y de construir un proyecto que mantenga viva la dignidad, los derechos y la soberanía de Argentina. Su legado no es nostalgia: es un horizonte de acción que sigue inspirando a nuevas generaciones a luchar por un país justo, soberano y solidario.