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ALQUILERES SIN CONTROL AGRAVAN LA CRISIS DE LAS PANADERÍAS

Publicado : 30/09/2025
(Review)

La derogación de la Ley de Alquileres dejó al sector sin protección frente a aumentos desmedidos. El cierre de panaderías se multiplica en todo el país.

La industria panadera atraviesa una crisis profunda que se intensificó desde la llegada de Javier Milei al gobierno. En apenas un año y medio, más de 1.700 panaderías bajaron sus persianas en distintos puntos del país, afectadas por la caída del consumo, el encarecimiento de los insumos y la apertura indiscriminada de importaciones. Ahora, a esa ecuación crítica se suma otro factor que amenaza con agravar la situación: el descontrol en los precios de los alquileres. Con la derogación de la Ley de Alquileres, impulsada por el Ejecutivo nacional, los propietarios de los locales aplican incrementos cada dos o tres meses, sin regulación ni límites, lo que coloca a muchas panaderías frente a la imposibilidad de sostener su actividad. La consecuencia inmediata es la pérdida de empleos, la reducción de la producción y un nuevo golpe a un rubro que forma parte de la identidad social y cultural de cada barrio.

Desde la Cámara de Industriales Panaderos de la Provincia de Buenos Aires (CIPAN) advierten que el escenario ya se refleja en la vida cotidiana de sus asociados. “En la Comisión Directiva venimos recibiendo numerosas quejas de colegas de toda la provincia, porque están teniendo serios problemas para poder renovar sus contratos de alquiler”, explicó Martín Pinto, dirigente de la entidad. “Los dueños de las propiedades se amparan en la derogación de la ley de alquileres y renuevan con importantes reajustes, sin que nadie los controle”, remarcó.

La preocupación no es menor: los representantes del sector aseguran que la cantidad de cierres podría duplicarse si no hay medidas urgentes. “Tenemos una gran pérdida de nuestras fuentes de trabajo, muchas panaderías cerradas y ahora esto se va a multiplicar por los problemas con los alquileres”, alertó Pinto. El panorama describe un círculo vicioso: menos panaderías abiertas significan menos empleo, menor acceso a productos básicos y el encarecimiento del pan, un alimento esencial en la mesa de las familias trabajadoras.

El sector panadero, históricamente ligado a la trama comunitaria, enfrenta hoy la amenaza de desaparecer en muchos barrios. Allí donde la panadería era punto de encuentro, espacio de trabajo y referencia identitaria, avanza el cierre forzado por un modelo económico que favorece la especulación inmobiliaria por encima de la producción nacional. La desregulación, lejos de generar soluciones, amplía las desigualdades y golpea directamente sobre el tejido social y económico de la Argentina.