Jara, figura central de la Nueva Canción Chilena y referente internacional de la canción de protesta,
Víctor fue músico, profesor, director de teatro y cantautor comprometido con los nuevos tiempos que llegaban junto a la Unidad Popular de Salvador Allende. Asesinado en 1973 por la dictadura militar, su obra y su memoria perduran en canciones como "Te recuerdo Amanda" y en el estadio que lleva su nombre, fue el mismo lugar donde fue torturado y ejecutado.
Nacido en 1932 en San Ignacio, en un entorno campesino y popular, Jara forjó una profunda conexión con el pueblo chileno. Su trayectoria artística fue diversa: dirigió obras de teatro en universidades y compañías, obtuvo un premio de la crítica en Inglaterra por su puesta de Entretenimiento a Mr. Sloane y dejó huella como folclorista y director musical en grupos como Quilapayún e Inti-Illimani. También formó parte del conjunto Cuncumén y de la mítica Peña de los Parra.
Como artista superlativo de la Nueva Canción Chilena, Jara entendía el arte como una herramienta de transformación social y dignificación de las clases populares. Desde ese lugar asumió un firme compromiso con el gobierno de Salvador Allende, participando activamente en campañas y colaborando con la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad Técnica del Estado.
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, fue detenido por las fuerzas armadas mientras trabajaba en la Universidad Técnica. Poco después, en el entonces Estadio Chile, sufrió torturas y fue asesinado el 16 de septiembre, convirtiéndose en una de las víctimas más emblemáticas de la represión militar.
Su legado trasciende las fronteras de Chile: Víctor Jara representa la resistencia contra la opresión, la defensa de los derechos humanos y la justicia a través del arte. Su voz, silenciada por la dictadura, sigue inspirando a las nuevas generaciones de América Latina y del mundo entero.