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Nota Completa

BRASIL: EL JUEZ FUX Y EL CRETINISMO JURÍDICO

(Review)

En el tramo final del juicio en el Supremo Tribunal Federal, Luiz Fux se pronunció a favor de la nulidad absoluta del proceso contra Jair Bolsonaro, en una decisión que genera polémica y críticas dentro y fuera del tribunal.

Estamos en tramo final del juicio en el Supremo Tribunal Federal de Brasil, que juzga a Jair Bolsonaro y 7 exministros por tentativa de golpe de Estado, abolición violenta del estado de derecho, daño al patrimonio público y asociación ilícita, entre otros delitos. Ya emitieron sus decisiones los jueces Alexandre de Moraes y Flávio Dino, por la condenación de Bolsonaro y los coimputados: 2 a 0.

Este miércoles fue el turno del juez Luiz Fux, el mismo que apareció nombrado en la operación “Vaza Jato”, la que reveló los chats de grupos en Telegram, entre los fiscales del proceso conocido como “Lava Jato” y el juez Moro, en contra Lula. En uno de los chats, el fiscal Dallagnol dijo: “In Fux we trust”, parafraseando el lema que está impreso en los billetes norteamericanos, “In God we trust”. Fux fue nombrado juez de la Corte Suprema por Lula con la promesa de —supuestamente— acabar con el proceso del “mensalão” o del “mensualazo” en 2005 (algo semejante a la Banelco argentina) para luego terminar colaborando activamente con el bolsonarismo. En este proceso contra Bolsonaro, para desestimar el delito de ‘asociación ilícita’, Fux citó el proceso 470 (“Mensalão”), en el que él mismo voto por la condena por ese delito. ¿Falta de memoria u oportuno casuismo farsante?

En su decisión desconcertante, Fux se pronunció a favor de la nulidad absoluta del proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro. Entre los argumentos, subrayó la incompetencia de la Sala 1 del STF para juzgar a Bolsonaro, ya que, según él, el caso debería ser tratado por el pleno del Supremo —si Bolsonaro fuese juzgado como presidente— o en 1.ª instancia, si lo fuese como expresidente. Tesis leguleya que contraría la propia jurisprudencia del Tribunal que él acompañó en otras ocasiones. También apuntó la falta de pruebas y otros puntos altamente cuestionables. Como dicen algunos analistas, fue mucho más eficaz en la defensa que los abogados de Bolsonaro y de los otros siete imputados.

Seguramente habrá réplicas porque Fux atacó a todo el tribunal, principalmente al juez Alexandre de Moraes, que es el instructor de este proceso, y al fiscal Paulo Gonet.

Aún faltan los votos de la jueza Carmen Lúcia y el juez Cristiano Zanin Martins, quien fuera abogado de Lula y creador del Instituto Lawfare. Apenas un voto para que Bolsonaro vaya a la cárcel. Sin embargo, la decisión de Fux nutre de argumentos retórico-leguleyo-chicaneros a los bolsonaristas para declarar que se trata de una persecución política y no de un debido proceso legal porque, según ya están manifestando, Bolsonaro podría ser condenado por Alexandre de Moraes, supuesto enemigo de Bolsonaro, y por los dos jueces que nombró Lula en su tercer mandato: Dino y Zanin Martins, desconsiderando, arteramente, la cantidad de pruebas aportadas por el fiscal y el juez instructor.