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MILEI, EL PRESIDENTE DEL DÉFICIT SOCIAL

Publicado : 09/08/2025
(Review)

En cadena nacional, el mandatario lanzó medidas para castigar a legisladores que aprueben presupuestos con déficit mientras profundiza el ajuste que golpea a los sectores populares.

En una cadena nacional más parecida a un sermón de barricada que a un anuncio de Estado, Javier Milei presentó dos medidas que, según él, “amurallan” el déficit cero y la política monetaria. La primera: prohibir que el Tesoro pida financiamiento al Banco Central. La segunda: un proyecto para penalizar a legisladores y funcionarios que aprueben presupuestos con déficit fiscal.

En el Salón Blanco, el libertario lanzó advertencias como quien marca territorio: “Si ustedes quieren volver atrás, me van a tener que sacar con los pies para adelante”. La frase, tan cinematográfica como autoritaria, no ocultó el verdadero telón de fondo: un gobierno que acumula derrotas legislativas y que necesita un enemigo a mano para explicar sus fracasos.

En una semana donde perdió 12 votaciones seguidas —incluyendo financiamiento universitario, apoyo al Hospital Garrahan y freno a la eliminación de organismos públicos—, Milei buscó refugio en su libreto favorito: culpar a “la casta” por todos los males, incluso los que él mismo provoca.

Desde la oposición, las respuestas fueron inmediatas y feroces. Margarita Stolbizer le recordó que ni siquiera hay presupuesto 2025 porque el propio Milei no quiere presentarlo, para así gobernar con el heredado de Alberto Fernández y mover los recursos “a gusto y placer”. Julia Strada habló de cortina de humo para tapar los próximos datos de inflación. Leandro Santoro puso el dedo en la llaga: “Si vetás todo no es responsabilidad fiscal, es fanatismo ideológico”.

Mientras tanto, el oficialismo celebró el discurso como si fuera un hito histórico. Patricia Bullrich habló de “fortalecer el cambio”, Daniel Scioli de “rumbo claro y valiente” y Martín Menem soñó con “pintar de violeta cada rincón del país”. No hubo mención, claro, a que ese mismo “equilibrio fiscal” significa menos presupuesto para salud, menos universidades funcionando y un Garrahan sin el respaldo que necesita.

El proyecto para criminalizar el déficit aún no ingresó al Congreso, pero el debate ya es evidente: ¿de qué sirve “blindar” las cuentas si se desangra el tejido social? Porque el déficit que Milei no menciona es el más grave: el de los comedores cerrados, los salarios pulverizados, las aulas vacías y los hospitales sin insumos. Ese, a diferencia del fiscal, no se corrige con un decreto, sino con voluntad política.