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Nota Completa

DE JP MORGAN A LA CASA ROSADA: EL EQUIPO ECONÓMICO, UNA SUCURSAL DE WALL STREET

Publicado : 09/08/2025
(Review)

Salvo el Presidente, todos los principales funcionarios del área económica fueron altos ejecutivos del JP Morgan, el banco de inversión más poderoso de Estados Unidos. Un equipo formado en las finanzas globales y no en la economía productiva nacional.

En la cadena nacional de anoche, un dato revelador quedó en evidencia: salvo Javier Milei, todos los principales integrantes del equipo económico del gobierno fueron altos ejecutivos del JP Morgan, una de las corporaciones financieras más influyentes y especulativas del mundo. Fundado en 1871 y con sede en Nueva York, el banco concentra operaciones de inversión, crédito y gestión de activos en más de 100 países, y ha sido protagonista de crisis y rescates financieros que marcaron la economía global.

Luis Caputo fue vicepresidente para América Latina en trading entre 1994 y 1998. José Luis Daza ejerció como director general de investigación de mercados emergentes entre 1992 y 2000. Santiago Bausili fue director en mercados de capitales para Argentina, Chile y Perú entre 1996 y 2007. Vladimir Werning ocupó el cargo de director ejecutivo para América Latina desde 1996 hasta 2016. Sus pasos por la banca internacional los ubican como representantes directos de intereses externos.

JP Morgan ha sido señalado en múltiples investigaciones por su rol en la especulación con deuda soberana y en la fuga de capitales en países emergentes, incluyendo la Argentina. Durante la crisis de 2001, el banco participó activamente en operaciones de canje de deuda que agravaron la insostenibilidad del pasivo externo argentino, al tiempo que obtenía ganancias extraordinarias. También ha sido multado por autoridades regulatorias de Estados Unidos y Europa por prácticas fraudulentas, manipulación de mercados y lavado de activos.

En la última década, su influencia sobre economías latinoamericanas se tradujo en recomendaciones de ajuste fiscal, liberalización comercial y reformas estructurales que beneficiaron al capital financiero en detrimento del empleo y la producción. Este historial explica por qué la presencia de ex directivos del banco en el gabinete argentino despierta preocupación: no son técnicos neutrales, sino portadores de un modelo que subordina las políticas nacionales a las exigencias de los grandes fondos y bancos internacionales.

La composición del gabinete económico confirma un sesgo de clase y de proyecto: se gobierna desde la lógica de Wall Street, priorizando la rentabilidad financiera por sobre el trabajo, la producción y el bienestar social. No es un equipo pensado para un país soberano, sino una sucursal local de los grandes grupos de poder que deciden, desde el norte, el destino de las economías periféricas.