El fenómeno global que significa la exploración inédita del Cañón de Mar del Plata debe ser leído como una señal clara de que Argentina puede y debe recuperar su rol estratégico, científico y político para defender su soberanía marítima en un contexto de crisis, ofensiva neoliberal y disputa geopolítica internacional.
El mundo sigue atento a un hito científico y tecnológico que marca un antes y un después para Argentina: la expedición submarina al Cañón de Mar del Plata, coordinada por el CONICET y el Schmidt Ocean Institute, está explorando con el robot SuBastian profundidades de hasta casi 4.000 metros, revelando ecosistemas únicos y desconocidos hasta entonces. Este evento, seguido en vivo por millones a través de plataformas como YouTube, no solo tiene un valor académico o científico, sino que adquiere dimensiones políticas y estratégicas fundamentales para la Argentina y la región.
Un logro que atraviesa fronteras científicas y políticas
La magnitud del fenómeno se puede dimensionar en múltiples planos. En lo científico, esta es la primera vez que una expedición latinoamericana logra utilizar tecnología de punta para explorar el fondo oceánico con un vehículo autónomo de estas características. Más allá del descubrimiento de nuevas especies y la recopilación de datos biológicos, geológicos y químicos, la expedición representa un salto tecnológico y de capacidades nacionales que desafía décadas de desfinanciamiento y desmantelamiento de la ciencia pública argentina.
El impacto comunicacional es global: millones de personas, en Argentina y el mundo, siguen en directo las imágenes y explicaciones, generando un efecto inmediato de orgullo nacional y visibilizando la importancia de la ciencia y la soberanía en tiempos en que ambas están siendo atacadas. En un escenario en que los discursos oficiales suelen invisibilizar a la ciencia y promover modelos económicos extractivistas y de dependencia, esta experiencia instalada en la opinión pública se convierte en una herramienta para la construcción de sentidos y resistencia cultural.
Contexto nacional: la batalla por la ciencia y la soberanía frente al modelo libertario
No se puede comprender la relevancia de esta expedición sin situarla en el contexto político y económico actual. Desde la asunción de Javier Milei y su gobierno, la ciencia argentina sufre un vaciamiento sistemático. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación fue desmantelado y absorbido en un área con menor presupuesto y menor protagonismo. Numerosos científicos e investigadoras enfrentan despidos, precarización laboral y persecución ideológica. En paralelo, la política económica libertaria prioriza el ajuste fiscal, la reducción del gasto público y la entrega de recursos naturales a intereses extranjeros.
Este modelo choca frontalmente con la necesidad de fortalecer un aparato científico-técnico estatal y una industria nacional capaz de sostener la soberanía sobre los recursos estratégicos, incluyendo el Atlántico Sur. La exploración submarina no es un hecho aislado sino un acto de resistencia frente a esta ofensiva. Muestra que es posible construir un Estado comprometido con la ciencia y la tecnología como herramientas para el desarrollo soberano y la justicia social.
Soberanía marítima, recursos estratégicos y disputa global
El Atlántico Sur no es solo un espacio geográfico; es un territorio estratégico en disputa global. Sus riquezas, que incluyen biodiversidad, recursos minerales y energéticos, son codiciadas por potencias que despliegan sus flotas militares y tecnológicas para garantizar sus intereses. En este marco, la capacidad de Argentina para monitorear, investigar y controlar su plataforma continental es una cuestión de seguridad nacional y soberanía.
La expedición al Cañón de Mar del Plata aporta datos fundamentales para comprender y proteger estos recursos. Pero su verdadero valor radica en ser parte de una política integral que incluya la reconstrucción de la industria naval nacional, el fortalecimiento de la marina mercante y la articulación de una política regional de cooperación y defensa en el Atlántico Sur, especialmente en el contexto del Mercosur y el ALBA.
Desafíos para una política científica y soberana
Los avances demostrados en la expedición contrastan con la falta de políticas públicas robustas para sostener la ciencia en Argentina. La ciencia requiere financiamiento estable, formación continua, articulación con la industria y participación democrática de trabajadores, académicos y comunidades afectadas. La democratización del conocimiento y la extensión de sus beneficios al conjunto del pueblo son también desafíos fundamentales.
Asimismo, la integración regional es clave. En un mundo globalizado y en tensión geopolítica, el aislamiento debilita las posibilidades de defensa y desarrollo. La cooperación científica, tecnológica y política entre países hermanos de América Latina puede ser un contrapeso eficaz frente a las presiones externas y un camino para garantizar la soberanía compartida sobre recursos naturales comunes.
Un llamado a la reconstrucción nacional
La expedición submarina se presenta, entonces, como un símbolo de lo que Argentina puede lograr cuando pone la ciencia, la tecnología y la soberanía al servicio de la mayoría popular. Frente a un modelo económico y político que precariza la vida, ignora el conocimiento y privilegia la dependencia, esta experiencia ilumina un camino alternativo: el de un Estado fuerte, democrático, que articule producción, investigación y justicia social.
En definitiva, el Cañón de Mar del Plata se convierte en una ventana abierta a un futuro posible donde la soberanía, la ciencia y el trabajo digno sean pilares fundamentales para construir una Argentina justa, libre y soberana. La lucha es hoy, y la expedición submarina es una invitación a sumarse a ella.