Con pibes que ilusionan y una idea en marcha, la Selección Argentina venció a Angola en su primer amistoso camino a la Americup 2025.
La Selección Argentina masculina de básquet comenzó con una sonrisa su camino rumbo a la Americup 2025: fue triunfo 79 a 73 frente a Angola en Madrid, en el primero de los diez amistosos previstos en su gira preparatoria. Más allá del resultado, el dato relevante pasó por el rendimiento de varios jóvenes que empiezan a proyectarse como protagonistas de un recambio necesario.
Con Facundo Campazzo y Nicolás Brussino como líderes experimentados en los momentos decisivos, el conjunto dirigido por Pablo Prigioni mostró pasajes prometedores a partir del rendimiento de valores emergentes como Juan Ignacio Marcos, Gonzalo Bressán y Juan Bocca. El base rosarino, flamante incorporación del Barcelona, fue el máximo anotador del encuentro con 17 puntos, incluidos cinco triples en seis intentos.
Argentina apostó por una rotación amplia, con 14 jugadores en cancha, y enfrentó a un equipo angoleño duro físicamente, aunque sin grandes recursos técnicos. En ese contexto, los pibes respondieron: Bressán sumó 10 puntos con solidez en la pintura y Bocca aportó nueve, con dos triples fundamentales en el último cuarto. La jerarquía de Campazzo y Brussino apareció en el cierre para asegurar la victoria cuando el marcador estaba empatado.
Este primer paso se da en el marco de una etapa de transición que combina juventud, trabajo a largo plazo y objetivos colectivos. La preparación continuará con cinco partidos más en Madrid: el 1° de agosto, nueva cita con Angola; el 3, debut frente a Sudán del Sur; el 5, ante Costa de Marfil; el 7, revancha con los sudaneses; y el 10, cierre frente a Portugal.
Luego vendrá el turno de Italia (14 de agosto) y del cuadrangular en Panamá ante los locales, Brasil y Uruguay, del 17 al 19. Todo eso será antes de llegar a Nicaragua, sede de la Americup, donde Argentina defenderá el título obtenido en 2022. En el Grupo C enfrentará a los locales, Colombia y República Dominicana, con el objetivo de clasificar a cuartos y volver a demostrar que el básquet argentino no es solo memoria: es presente, trabajo y futuro.