La pegatina de "Primero la Patria" en las calles de Buenos Aires alimenta rumores sobre una posible postulación de Cristina Fernández de Kirchner como diputada nacional. La movida marca tensiones en el peronismo de cara a las legislativas.

La Ciudad de Buenos Aires amaneció este martes empapelada con afiches que muestran el rostro de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y una frase contundente: “Cristina es presente”. La movida, impulsada por el espacio “Primero la Patria”, la lista que llevó a la expresidenta a la conducción del Partido Justicialista Nacional (PJ), reaviva los rumores sobre una posible candidatura de CFK como diputada nacional por la provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas de octubre.

La aparición de estos afiches contrasta con el slogan que utiliza el gobernador bonaerense, Axel Kicillof: “El futuro es con Axel”, una diferencia que refleja las tensiones internas en el peronismo. Mientras CFK parece apostar a consolidar su liderazgo en el presente, Kicillof busca proyectarse como la figura clave para el futuro del espacio.

La definición de la conducción del PJ y la estrategia electoral para las legislativas han generado cortocircuitos entre la expresidenta y el gobernador. Aunque ambos mantienen una tensa calma, las diferencias son evidentes. Mientras CFK se opuso a adelantar las elecciones provinciales, Kicillof parece decidido a desdoblar los comicios nacionales y provinciales, una medida que podría beneficiar su proyección política.

El escenario se complejiza aún más con la incertidumbre sobre el futuro de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que el oficialismo busca suspender. La decisión del Senado sobre este tema marcará el rumbo de las estrategias electorales de todas las fuerzas políticas.

En este contexto, los afiches de “Primero la Patria” no solo buscan reafirmar el liderazgo de CFK, sino también enviar un mensaje claro al interior del peronismo: la expresidenta sigue siendo una figura central en la política nacional. Con las legislativas a la vuelta de la esquina, el movimiento peronista enfrenta el desafío de resolver sus tensiones internas y presentar una estrategia unificada que le permita competir con fuerza en un escenario electoral cada vez más polarizado.