Con la excusa de frenar al "populismo", el macrismo bonaerense votó por unanimidad avanzar en un frente electoral con La Libertad Avanza para las elecciones del 7 de septiembre. Vía libre a Milei, sin disimulo.
Cristian Ritondo lo confirmó con sonrisa y discurso preparado: el PRO bonaerense le abre oficialmente la puerta al partido de Javier Milei para conformar un frente común en las legislativas provinciales. La decisión fue votada este viernes en una asamblea en la sede del PRO, en el Bajo porteño, donde se facultó a la Mesa Ejecutiva del partido amarillo a sellar la alianza con La Libertad Avanza. El reparto de lugares en las listas ya está pactado: 75% para Milei, 25% para los restos del macrismo.
Ritondo, Santilli, Grindetti y Montenegro aceptan no solo los términos, sino también los símbolos: se mantendrán el nombre libertario y el color violeta. El macrismo cede marca, estructura y discurso. A cambio, se sube a una interna mileísta que no conduce, pero espera sobrevivir en las sobras del oficialismo nacional.
“Dimos este paso con unidad”, dijeron en un comunicado que repite slogans sobre “el orden, la seguridad y el progreso” que el kirchnerismo habría arrebatado. En realidad, lo que queda en evidencia es que el PRO renuncia a toda identidad y se pliega al programa más reaccionario desde la recuperación democrática: entrega al FMI, ajuste brutal, represión, espionaje y demolición del Estado.
Las reuniones con Sebastián Pareja, operador de Milei en la provincia, fueron el anticipo del acuerdo que se terminó de formalizar. En los hechos, el PRO se convierte en furgón de cola del proyecto libertario, entregando cuadros, intendentes y candidatos para sostener el experimento de ultraderecha.
A menos de un año del intento de diferenciarse, el macrismo muestra su verdadera cara: nunca se fue del todo del gobierno, y ahora vuelve bajo otro nombre. Los que decían defender la república, hoy pactan con quienes promueven la demolición del Congreso y el espionaje a opositores. El resto es relato para la tribuna.