Nos acompañan desde Siempre
client-img
client-img
client-img
client-img
client-img
client-img

Nota Completa

SUDAMÉRICA: SIN GUERRAS ENTRE ESTADOS, PERO EN GUERRA CONTRA SU PUEBLO

Publicado : 06/07/2025
(Review)

No caen bombas ni misiles, pero la región sangra cada día por la desigualdad, el crimen organizado y la miseria planificada. El neoliberalismo no trajo paz: trajo balas, hambre y miedo.

Sudamérica no está en guerra con otros países. Ninguno de sus Estados posee armas nucleares. No se oyen amenazas bélicas ni se destinan fortunas al gasto militar. Desde hace décadas, los conflictos territoriales se resuelven por la vía diplomática. Pero eso no significa que reine la paz: simplemente, la guerra se trasladó hacia adentro.

La violencia se expresa en forma de homicidios, inseguridad, crimen organizado y represión. La región concentra el 19% de los asesinatos del planeta, con apenas el 5% de su población. Ecuador es uno de los países más violentos del mundo. En Colombia, Brasil y Perú la sangre corre sin que haya guerra declarada. Pero hay guerra: contra los pobres, contra los jóvenes, contra quienes sobran en el modelo de acumulación.

Porque lo que mata no es solo la bala: es la desigualdad estructural. La concentración obscena de la riqueza, promovida por políticas neoliberales, genera exclusión, fragmentación y muerte. Los Estados, debilitados y endeudados, no enfrentan a potencias extranjeras: enfrentan a su propio pueblo, cuando reclama pan, tierra o trabajo.

Y hay una maquinaria aceitada que garantiza que nada cambie. Los grandes medios, coptados por los mismos capitales que lucran con el hambre, montan un show permanente que distrae, confunde y estigmatiza. No hablan de los evasores ni de los banqueros. No cuentan cómo se fugaron las riquezas. Prefieren instalar miedo, sembrar odio y culpar a los humildes de su propia desgracia.

Con la complicidad de una Justicia que opera como brazo legal del poder económico, se persigue a dirigentes sociales, a sindicatos combativos y a partidos populares que luchan por transformar la realidad. A través del lawfare, las operaciones mediáticas y las campañas de desprestigio, intentan convencer a los que menos tienen de que sus verdaderos enemigos son quienes los defienden. Quieren que el pueblo odie a quienes pelean por sus derechos y ame a quienes se los niegan.

Sudamérica no se mata entre Estados. Pero la violencia cotidiana, social y simbólica sigue siendo parte de un mismo plan: sostener el privilegio de pocos a costa del sufrimiento de muchos.

Acá no hay paz. Hay impunidad de clase.