Organizaciones políticas, gremiales y sociales se movilizarán este miércoles a Comodoro Py para acompañar a la expresidenta. La consigna: garantizar que vuelva a su casa.
Cristina vuelve a Comodoro Py, pero no va sola. Miles de militantes, trabajadores y referentes del campo popular se preparan para rodearla este miércoles, luego de que la Corte Suprema confirmara la condena en su contra en la causa Vialidad. En respuesta, el peronismo activó su músculo territorial, sindical y político para marcar presencia en las calles y denunciar lo que consideran una nueva etapa del plan de proscripción.
“El día no termina hasta que Cristina no esté en su casa”, afirmaron en un comunicado conjunto las organizaciones convocantes. La estrategia no es solo simbólica: buscan garantizar que el poder judicial no convierta esta etapa en una escena de humillación pública.
La convocatoria, que tiene epicentro en Comodoro Py, se replicará en las principales ciudades del país bajo el lema “Argentina con Cristina”. La senadora bonaerense Teresa García confirmó que el PJ trabaja contrarreloj junto a sindicatos y movimientos sociales para organizar una jornada histórica. La idea: mostrar que la líder política más importante del siglo XXI no está sola.
La sede del Partido Justicialista en la calle Matheu volvió a ser un punto de encuentro clave. Allí se reunieron referentes de peso como Sergio Massa, Juan Grabois y Guillermo Moreno, junto con dirigentes sindicales, intendentes e integrantes de organismos de derechos humanos. El objetivo es coordinar acciones hasta que la exmandataria quede bajo arresto domiciliario, medida que ya fue solicitada por su defensa tras el fallo del máximo tribunal.
Desde el Frente de Todos denuncian que se trata de una maniobra judicial articulada por el “partido judicial” y mediático para cerrar el ciclo kirchnerista y disciplinar al peronismo. “No es justicia, es persecución”, repiten en los pasillos del Instituto Patria, donde evalúan cómo seguir el camino legal a nivel internacional.
La decisión de la Corte, que ratificó seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, también golpeó el escenario electoral: con Cristina proscripta, el peronismo se enfrenta a una campaña sin su figura central. Sin embargo, en la calle no se respira resignación. Por el contrario, crece la indignación, la organización y la certeza de que la democracia no puede ser compatible con una justicia al servicio de los poderes fácticos.
Mientras el oficialismo libertario guarda silencio y especula con la escena de la detención como trofeo político, del otro lado se prepara una respuesta contundente. No será la primera vez que el pueblo rodee a su conductora.