A pesar de la expulsión y un juego desigual, la Albiceleste mantiene el compromiso y deja señales alentadoras de cara a la próxima cita mundialista.

En un partido donde la clasificación ya estaba asegurada, la Selección Argentina demostró que más allá del resultado, la entrega y la lucha siguen siendo centrales. Frente a Colombia, el equipo dirigido por Lionel Scaloni debió enfrentar el desafío de jugar gran parte del segundo tiempo con un jugador menos tras la expulsión de Enzo Fernández, sin perder el espíritu competitivo ni resignar posibilidades.

Scaloni destacó la valentía de sus jugadores en una rueda de prensa posterior, donde explicó que aunque el equipo no encontró su mejor versión en la primera mitad, logró reajustar la estrategia para ser más incisivo y peligroso en la segunda parte. La respuesta anímica fue clave para sostener un empate que, pese a las circunstancias, dejó buenas sensaciones.

El ingreso de Giuliano Simeone y Nico González fue una apuesta táctica para explotar los costados, un movimiento que el entrenador valoró positivamente por la dinámica que aportaron ambos futbolistas. Mientras tanto, la joven promesa Franco Mastantuono continúa su proceso de adaptación, con la expectativa de que su momento llegará progresivamente.

El gol del empate, obra de Thiago Almada tras una jugada colectiva rápida, simboliza la capacidad del plantel para generar fútbol en situaciones adversas. Scaloni resaltó la libertad con la que Almada se mueve en el campo y su disposición para tomar protagonismo.

Con la mira puesta en el Mundial de Clubes, el entrenador expresó entusiasmo por la participación de clubes argentinos y del Inter Miami de Messi, anticipando un torneo vibrante y competitivo.

Finalmente, Scaloni se mostró cauto respecto a la lista definitiva para el Mundial 2026, recordando la experiencia del torneo pasado y la necesidad de esperar antes de confirmar nombres, dado que lesiones y rendimientos pueden cambiar el panorama.

El aliento constante de la hinchada en el Monumental fue otro factor determinante para sobrellevar las dificultades del encuentro, especialmente cuando el equipo quedó en inferioridad numérica, reafirmando la conexión entre jugadores y público.