ATE Legislatura realizó la novena entrega de los premios Jorge Morresi a los derechos humanos. Una ceremonia atravesada por la emoción, el compromiso político y la urgencia de sostener la memoria frente a un presente de ajuste y negacionismo.
En un contexto atravesado por el desfinanciamiento de políticas públicas, la persecución ideológica y la reivindicación de discursos de odio desde el propio Estado, la junta interna de ATE en la Legislatura porteña volvió a abrir las puertas a la memoria activa. Este miércoles 25 de junio, se realizó la novena edición de los premios Jorge Morresi, una distinción que lleva el nombre de un trabajador estatal, militante peronista y defensor incansable de los derechos humanos. Pero más que una ceremonia, el acto fue un gesto político, una toma de posición colectiva frente a un modelo que desprecia la historia, la identidad y la vida.
Los reconocimientos de este año fueron para la familia de Héctor Germán Oesterheld, autor de El Eternauta, desaparecido por la dictadura; el colectivo Teatro por la Identidad, que cumple 25 años de trabajo cultural junto a Abuelas; Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de los Lápices; el militante popular Miguel “El Tano” Santucho, y la artista Marcela Bublik, quien agradeció cantando un tango, con la emoción como testigo.
“Estos premios no son una distinción protocolar. Son un grito de resistencia”, sostuvo Ezequiel Gennaro, delegado general de ATE Legislatura. “Frente al ajuste, el negacionismo y la persecución política, este acto reafirma nuestra convicción de que los derechos humanos no son parte del pasado: son una bandera vigente que nos une con los movimientos sociales, los organismos y las organizaciones del pueblo que siguen peleando por justicia social”.
Cada premiadx tomó la palabra. Moler recordó que “en tiempos de estupor y desasosiego, este reconocimiento repara una historia aún abierta”. Fernando Araldi Oesterheld, nieto del autor desaparecido, reivindicó la militancia como ejercicio de empatía. Santucho señaló que las Abuelas siguen buscando a más de 300 nietxs. También fue homenajeada la legisladora porteña Victoria Montenegro, nieta restituida y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, cuya historia es testimonio viviente del terrorismo de Estado.
Hubo adhesiones de referentes como Taty Almeida y Maiky Gorosito. La memoria volvió a ocupar el centro de la escena. Porque, como cada año, los premios Jorge Morresi no se limitan a recordar: vienen a recordarnos que no hay derechos sin lucha, ni democracia sin verdad.