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Nota Completa

RECONFIGURACIÓN EN MARCHA

Publicado : 04/06/2025
(Review)

El anuncio de Cristina como candidata aceleró las negociaciones para ordenar el peronismo bonaerense. Con Kicillof como actor clave y Massa en movimiento, se abre una nueva etapa para Unión por la Patria en la provincia.

La confirmación de Cristina Fernández de Kirchner como candidata a diputada por la Tercera Sección Electoral fue el disparador que puso en movimiento las piezas del peronismo bonaerense. No fue un golpe de efecto aislado, sino el inicio de un proceso más amplio: el intento de construir una unidad real entre los principales sectores del espacio, con Axel Kicillof en el centro de la escena y con Sergio Massa evaluando su participación en la Primera Sección.

Durante la jornada del martes 3 de junio, Cristina y Kicillof mantuvieron una breve conversación telefónica. El diálogo fue cordial y dejó planteada la necesidad de volver a hablar en los próximos días. La confirmación vino de segundas líneas, como el intendente Ariel Sujarchuk, quien aseguró que ya se había producido un contacto al mediodía. La lectura fue clara: empieza la negociación para cerrar un acuerdo político que contenga a todas las tribus del peronismo.

El gobernador bonaerense venía de lanzar el Movimiento Derecho al Futuro con un mensaje nítido: unidad con ideas, organización desde abajo y sin imposiciones. Aunque existieron tensiones respecto al desdoblamiento electoral, en La Plata valoraron positivamente el anuncio de Cristina. “Si están dispuestos a ir en unidad, nosotros ya dijimos que sí”, aseguraron desde su entorno. La frase marca una línea: hay disposición al acuerdo, pero también firmeza en las definiciones que tomó la gestión bonaerense.

La candidatura de Cristina, lejos de clausurar el debate, lo amplificó. La Matanza, corazón electoral del conurbano, vuelve a ser un termómetro clave. Una encuesta reciente de CB Consultora la muestra con 49,9% de intención de voto probable y una potencia simbólica intacta. Pero también con un 42,9% de rechazo. El desafío, entonces, es combinar su peso histórico con una propuesta amplia, capaz de tender puentes incluso con sectores que ya no la ven como síntesis.

Massa, por su parte, mueve con cautela. En su entorno afirman que “le importa más la unidad que una candidatura personal” y dejó trascender que podría encabezar la lista por la Primera Sección. Su presencia busca representar al peronismo que se define por la gestión y el acuerdo. Mañana tiene previsto almorzar con intendentes para empezar a ordenar esa parte del mapa.

A menos de cien días de las elecciones provinciales del 7 de septiembre, el peronismo bonaerense se encuentra ante una oportunidad y una urgencia. La oportunidad de reconstruir su musculatura política en el principal distrito del país. Y la urgencia de hacerlo sin que las diferencias tácticas escalen a ruptura. La unidad ya no es un deseo sino una necesidad. Cristina y Kicillof parecen entenderlo. El resto del peronismo deberá estar a la altura.