La crisis en el Hospital Garrahan refleja la precarización del sistema público de salud: salarios que pierden más de un tercio de su poder adquisitivo, recortes y despidos masivos, mientras el gobierno aumenta el gasto en Defensa y reduce la inversión en ciencia.
El Hospital Garrahan atraviesa una crisis sin precedentes. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), desde noviembre de 2023 hasta mayo de 2025, los salarios de los médicos cayeron un 35,5% en términos reales. Aunque el salario bruto alcanzó los 994 mil pesos en mayo, la inflación desbocada continúa erosionando el poder de compra de quienes sostienen la salud pública. Esta situación se agrava con el despido de más de 100 profesionales en 2024 en hospitales emblemáticos como el Garrahan, el Posadas y el Hospital “Laura Bonaparte”.
Mientras la salud pública se desfinancia, el gobierno de Javier Milei prioriza el gasto en Defensa y Seguridad, duplicando las partidas presupuestarias y desplegando semanalmente más de 1.000 efectivos federales para reforzar el aparato represivo. En contraste, la inversión en ciencia y tecnología se desplomó un 28% en 2025 respecto al año anterior, registrando el presupuesto más bajo desde 2006, afectando directamente al Conicet y paralizando proyectos claves para el desarrollo científico nacional.
El ajuste no alcanza a las grandes empresas: Mercado Libre, por ejemplo, recibió exenciones fiscales por 250 millones de dólares en los últimos tres años, un privilegio que contrasta con el desmantelamiento de servicios públicos esenciales. Esta disparidad evidencia la orientación política del gobierno, que sacrifica derechos sociales en pos de fortalecer un Estado represivo y favorecer a las corporaciones.
La crisis en el Garrahan no es un caso aislado, sino la expresión concreta de un modelo que precariza al sistema sanitario y desmantela la capacidad estatal para garantizar salud, ciencia y justicia social.