El Tribunal Oral de San Isidro anuló el proceso por la muerte de Diego. La jueza Julieta Makintach fue señalada como única responsable. El juicio deberá empezar de nuevo.
Con un fallo tan breve como contundente, el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro decretó la nulidad del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona. La decisión, firmada por los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, responsabiliza a su colega Julieta Makintach, apartada del caso tras la difusión de un documental en desarrollo en el que participaba activamente. La magistrada fue suspendida por la Corte bonaerense, que calificó su accionar como “grave, inusitado e irregular”. El proceso judicial deberá reiniciarse desde cero, con el consecuente desgaste para las partes y la revictimización de los testigos.
El impacto institucional fue inmediato. Mientras que los dos jueces que quedaron a cargo intentaron minimizar el escándalo con una defensa genérica del Poder Judicial, en instancias superiores reinó la indignación. Makintach, hoy en camino a un juicio político, actuó de manera parcial y temeraria, buscando convertirse en protagonista de una causa en la que había vidas, responsabilidades y sufrimiento de por medio.
El juicio, que comenzó en marzo, llevaba ya 19 audiencias y más de 44 testigos. Habían declarado peritos, familiares, profesionales de la salud y expertos convocados por las partes. Todas esas declaraciones ahora quedan anuladas, incluida la detención de Julio César Coria, ex custodio de Maradona, por falso testimonio durante una de las jornadas del debate. La anulación implica también que las pruebas obtenidas en allanamientos clave, como los realizados en la Clínica Olivos y en la empresa Medidom, pierden validez procesal.
Los imputados por la muerte del Diez —entre ellos el médico Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y otros seis profesionales del equipo médico— deberán volver a sentarse en el banquillo. La figura que enfrenta la mayoría es la de homicidio con dolo eventual, tras la denuncia de la familia por abandono y negligencia. La enfermera Gisela Madrid, cuyo juicio por jurados estaba previsto para el segundo semestre, también deberá esperar.
El origen del escándalo fue la revelación de imágenes de una serie documental llamada Justicia Divina, en la que Makintach aparecía como figura central. La difusión de un tráiler y un primer episodio, con declaraciones exclusivas y escenas del juicio aún en curso, expuso una situación inadmisible. Para la Corte, la conducta de la jueza está “alejada de la sobriedad, la mesura y la corrección exigibles a todo servidor del Estado”.
La Facultad de Derecho de la Universidad Austral, donde Makintach se desempeñaba como docente, también la suspendió e inició un sumario. Por ahora, cobrará la mitad de su sueldo como jueza, hasta que avance el proceso disciplinario. La fecha tentativa para el nuevo juicio sería en enero de 2026, aunque muchos abogados consideran que no comenzará antes de 2027.
En medio de este retroceso judicial, Verónica Ojeda, madre de uno de los hijos de Maradona, expresó: “Vamos a volver a declarar, si hay que hacerlo mil veces, lo vamos a hacer. Creo que va a haber justicia”. La pregunta, hoy, no es si habrá justicia. Es si la Justicia va a dejar de arruinarse a sí misma.