Un documento secreto define como blanco del espionaje interno a quienes cuestionen las políticas económicas del Gobierno. El Ejecutivo reconoció el Plan pero negó su contenido. Tras la publicación, el periodista Hugo Alconada Mon fue amenazado.
La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) elaboró y aprobó un Plan de Inteligencia Nacional que contempla, entre sus prioridades, el monitoreo interno de sectores que puedan “erosionar” la confianza ciudadana en los funcionarios públicos y generar “pérdida de confianza” en las políticas económicas del Gobierno. El documento fue revelado por el diario La Nación y confirmado, sin dar detalles, por la Oficina del Presidente a través de un comunicado oficial.
El texto, calificado por el periodista Hugo Alconada Mon como “170 páginas llenas de generalidades, zonas grises y ambigüedades”, apunta a individuos y organizaciones que incidan en los procesos electorales, propaguen “desinformación” o manipulen la percepción pública. La SIDE se reserva la facultad de identificar como “sujetos de interés” a quienes, sin criterios precisos, alteren el clima de confianza que requiere el rumbo económico del oficialismo.
La existencia del Plan fue reconocida públicamente por la Casa Rosada, que desmintió que se utilice para perseguir opositores y periodistas. En el mismo mensaje, publicado en la red X, se advirtió que el documento es confidencial y que su acceso está limitado al Presidente, la Secretaría de Inteligencia y la Comisión Bicameral del Congreso, en lo que fue interpretado como una velada amenaza hacia quienes hayan filtrado su contenido.
Sergio Neiffert, actual titular de la SIDE y figura cercana a Javier Milei, es uno de los autores del documento. Bajo su dirección, el organismo recibió una ampliación presupuestaria en mayo de más de 25 mil millones de pesos, alcanzando un total anual de 80.872 millones. De ese monto, más de 13 mil millones están clasificados como “gastos reservados”, en un contexto de recortes generalizados al resto del Estado.
El PIN no solo define enemigos internos. También establece prioridades estratégicas como la defensa de los recursos naturales, el control sobre las tecnologías de frontera y la protección del Atlántico Sur. Alineado con la política exterior del Gobierno, el texto refuerza el vínculo con Estados Unidos e Israel, mientras menciona al “terrorismo de raigambre anarquista” entre las amenazas a vigilar.
Horas después de la difusión de la investigación, Alconada Mon denunció intentos de hackeo a su cuenta de WhatsApp, mensajes intimidatorios y la utilización de su identidad en sitios pornográficos. La denuncia fue radicada en la Unidad Fiscal especializada en Ciberdelincuencia. “Reafirmo y ratifico lo publicado”, escribió el periodista, y desafió al Gobierno a publicar el Plan si no tiene nada que ocultar.
La reaparición de la SIDE, con su nombre original y sus viejas prácticas, vuelve a poner en primer plano una pregunta de fondo: ¿quién controla a los que espían?