Sin confirmación oficial, el entrenador dejó abierta su salida de San Lorenzo y crecen las señales de un inminente regreso a la Ribera.
Miguel Ángel Russo no dijo “sí”, pero tampoco dijo “no”. Y ese gesto, en el mundo del fútbol argentino, puede ser tan contundente como una firma. Tras la eliminación de San Lorenzo en la Copa de la Liga, el DT optó por no desmentir su posible vuelta a Boca Juniors. Desde Brandsen 805, mientras tanto, aseguran tener todo cerrado con su próximo técnico. Sólo falta que se libere.
El escenario post partido en el Nuevo Gasómetro fue revelador. Russo evitó nombrar a Boca, pero no cerró ninguna puerta. “No hago conjeturas”, se limitó a responder cuando lo abordaron con una pregunta directa sobre su futuro inmediato. En ningún momento ratificó su continuidad en Boedo. Y eso, para muchos, dice más que una confirmación.
A puertas cerradas, la dirigencia xeneize sostiene que el nuevo DT ya está elegido y que sólo restan detalles administrativos para hacerlo público. La prudencia responde a un factor obvio: el técnico aún tiene contrato vigente en San Lorenzo. Sin embargo, su comportamiento reciente deja entrever que el ciclo está cerca del final. Tras la derrota con Platense, Russo abandonó rápidamente el estadio, sin programar la semana de entrenamientos ni dejar señales de planificación futura. Tampoco retiró sus pertenencias, aunque eso —a esta altura— sería demasiado evidente.
En Boedo, la incertidumbre es total. Con un equipo golpeado y múltiples bajas por lesiones y convocatorias, el próximo compromiso ante Quilmes por la Copa Argentina aparece en el horizonte como una incógnita. “Le va a costar mucho a San Lorenzo”, admitió Russo, dejando flotando una frase que sonó más a despedida que a diagnóstico.
Si se concreta su arribo a Boca, sería el tercer ciclo de Russo como técnico xeneize, tras sus pasos en 2007 (con Libertadores incluida) y entre 2020 y 2021. El contexto, sin embargo, dista mucho de ser ideal: el club busca recomponer su rumbo futbolístico después de la abrupta salida de Diego Martínez y en medio de un clima de presión constante.
El hermetismo juega su partido. Russo no da señales claras, Boca no hace anuncios oficiales y San Lorenzo guarda silencio. Pero en un fútbol donde los gestos pesan, el regreso de un viejo conocido parece estar al caer.