El piloto argentino disputará su segunda carrera en Fórmula 1 este domingo, en el trazado más emblemático del calendario.
Franco Colapinto afrontará este domingo 25 de mayo una prueba decisiva en su flamante recorrido dentro de la Fórmula 1. Luego de un debut vibrante en Imola, el piloto bonaerense de 21 años correrá el Gran Premio de Mónaco, una de las citas más míticas del campeonato mundial. Lo hará nuevamente con el equipo Alpine, en un circuito donde la habilidad individual puede marcar la diferencia.
En Argentina, la carrera se podrá seguir en vivo a las 10 de la mañana por Fox Sports, además de las plataformas digitales Disney+, Telecentro Play, Flow y D Go. También habrá cobertura minuto a minuto en el sitio de TyC Sports.
Montecarlo ofrece una geografía singular, con calles angostas, curvas cerradas y barreras que no perdonan. En ese contexto, Colapinto y su escudería confían en mejorar lo hecho en Imola, donde el argentino finalizó en la 16° posición. “En curvas fuertes somos de los mejores. El problema es la tracción en curvas lentas, cuando la goma se desgasta. Estamos trabajando en eso”, analizó el joven, que apunta a exprimir las virtudes de un auto más competitivo en clasificaciones que en carrera.
El GP de Mónaco se corre desde 1950 y exige 78 vueltas sobre 3.337 kilómetros de asfalto urbano. Es un trazado donde el talento del piloto puede más que la potencia del motor, algo que puede beneficiar a Colapinto frente a autos superiores en velocidad pero menos eficaces en el manejo milimétrico que exige el Principado.
En la previa, todavía resuenan las imágenes del debut en Emilia-Romagna, donde miles de hinchas argentinos coparon las gradas del autódromo Enzo e Dino Ferrari. “Max, Leclerc, todos me decían: ‘¿Qué pasa acá? ¡Parece el Gran Premio de Argentina!’”, contó entre risas Colapinto en diálogo con Fox Sports. Una ovación inolvidable que marcó un antes y un después para el automovilismo argentino.
Este 25 de mayo, mientras la patria conmemora la Revolución de 1810, Colapinto buscará escribir su propia página en la historia del deporte nacional. El escenario no puede ser mejor: Montecarlo, glamour y riesgo puro, donde cada centímetro cuenta.