La CBF confirmó a Carlo Ancelotti como entrenador de la selección brasileña hasta el Mundial 2026. Será el primer DT extranjero en casi seis décadas.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) oficializó este lunes la llegada del italiano Carlo Ancelotti como nuevo entrenador de la selección nacional. Se trata de un hecho sin antecedentes en la historia moderna del fútbol brasileño: es la primera vez en casi sesenta años que un técnico extranjero se hace cargo del equipo, y el primero en no tener ningún lazo con el fútbol del país. La decisión, que generó reacciones encontradas entre la afición y el periodismo deportivo, busca dar un golpe de timón en medio de una crisis de juego y resultados que arrastra la Verdeamarela desde su eliminación en el Mundial de Qatar.
"Ancelotti es el mejor entrenador de la historia y ahora está al frente del mejor equipo del planeta", sostuvo el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, en el comunicado oficial que anunció su designación. “Es una declaración al mundo de que estamos decididos a recuperar el primer puesto del podio”, agregó.
El anuncio se conoció apenas un día después de la derrota del Real Madrid ante el Barcelona por 4 a 3, en un partido clave por la liga española que dejó al conjunto blanco casi sin chances de campeonato. Finalizado su ciclo en el club español, Ancelotti asumirá de inmediato en Brasil y debutará en junio por eliminatorias, frente a Ecuador y Paraguay.
La Canarinha no cuenta con un conductor estable desde la salida de Tite, luego del Mundial 2022. Tras un breve interinato de Ramón Menezes, Fernando Diniz y Dorival Júnior pasaron sin éxito por el banco. El último, destituido tras una dura derrota por 4 a 1 ante la selección argentina en marzo. Hoy, Brasil ocupa el cuarto lugar en las eliminatorias con 21 puntos, seis más que Venezuela, que es la primera selección fuera de los puestos de clasificación directa.
La llegada de Ancelotti representa un giro histórico en la política futbolística brasileña. Desde 1965, cuando el argentino Filpo Núñez dirigió de forma fugaz al equipo, ningún técnico extranjero había vuelto a sentarse en el banco del Scratch.