El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se presentó en Diputados para dar explicaciones sobre la criptomoneda $LIBRA, pero su intervención fue un claro intento de desviar la atención. Sin respuestas concretas, el oficialismo dejó al descubierto su falta de transparencia.
La Cámara de Diputados convocó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para que ofreciera explicaciones sobre la criptomoneda $LIBRA, en medio de una creciente investigación por una presunta estafa. La cita, que se dio después de 30 años sin interpelaciones de funcionarios nacionales, estuvo marcada por la ausencia de figuras clave del gobierno, como los ministros Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Luis Caputo (Economía), así como el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Roberto Silva. En su lugar, enviaron notas justificando su inasistencia, lo que fue interpretado como una falta de respeto institucional.
Con 129 legisladores respaldando la sesión, la oposición comenzó a interrogar a Francos. Sin embargo, el jefe de Gabinete se limitó a defender lo indefendible. “La información que difundió el Presidente era pública”, fue la frase más repetida por Francos, aunque esta afirmación fue inmediatamente cuestionada. La información sobre el contrato de la criptomoneda, publicada por Milei en su cuenta de X, no era pública en el momento en que fue difundida, algo que quedó claro durante el cruce con los diputados de Unión por la Patria. Francos, al ser consultado sobre el origen de esa información, no pudo ofrecer una respuesta satisfactoria.
El jefe de Gabinete también desvió la atención al afirmar que Milei no tuvo contacto directo con las personas involucradas en el proyecto y que la difusión del criptoactivo fue una decisión del presidente para beneficiar a las pymes. Sin embargo, esta explicación sonó vacía ante la falta de claridad sobre el funcionamiento de la criptomoneda y el destino de los fondos recaudados. Además, las imágenes del presidente con algunos de los implicados en la causa no ayudaron a suavizar la situación. Francos justificó esas reuniones con el argumento de que "toda la gente quiere sacarse fotos con el presidente". Una respuesta insostenible.
El conflicto se intensificó cuando la oposición comenzó a señalar la omisión de otros actores clave en la trama, como la hermana del presidente, Karina Milei, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, quienes firmaron el ingreso de los involucrados en la Casa Rosada. La ausencia de una denuncia formal por parte del presidente ante las sospechas de estafa también fue un tema que quedó sin respuesta. Francos se limitó a decir que "la estafa es algo que tiene que definir la Justicia", restando importancia al daño causado por la difusión de un proyecto con características tan oscuras.
Además, cuando se le preguntó por los fondos millonarios recaudados por $LIBRA, la respuesta de Francos fue un rotundo “No tengo idea”. El jefe de Gabinete, visiblemente incómodo, tampoco aclaró cómo se gestionaron las audiencias de Milei con los empresarios del mundo cripto, entre ellos los implicados en el proyecto.
Lo que quedó claro en esta interpelación es que la falta de respuestas concretas y la evasión sistemática de los temas clave son una constante en este gobierno. Los funcionarios siguen esquivando las responsabilidades, mientras el caso de la criptomoneda $LIBRA, que ya se perfila como una de las estafas más grandes de los últimos tiempos, avanza con la opacidad y el desinterés del poder.
La sesión terminó con la convocatoria de una nueva audiencia para el 14 de mayo, en la que deberán estar presentes los funcionarios ausentes. La oposición no cederá en su lucha por esclarecer los detalles de esta trama, que se perfila como un nuevo escándalo de corrupción en un gobierno que prometió ser la antítesis de los anteriores, pero que, con cada día que pasa, demuestra ser tan opaco como aquellos que tanto criticó.