El índice de la Universidad Di Tella bajó 3,7% en abril y refleja un creciente malestar social. La percepción sobre el interés general fue la más afectada.
La confianza en el Gobierno de Javier Milei volvió a caer en abril y acumula cinco meses consecutivos en baja. Según el relevamiento mensual que realiza la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) retrocedió 3,7% respecto a marzo y se ubicó en 2,51 puntos. Aunque sigue siendo superior al nivel que registraba Alberto Fernández en el mismo período de gestión, la tendencia negativa se acentúa.
El indicador de abril confirma el deterioro progresivo que se inició a principios de 2025, tras el pico de optimismo que había alcanzado en noviembre del año pasado por la desaceleración inflacionaria. Desde entonces, el termómetro social registra un enfriamiento del respaldo ciudadano ante el ajuste fiscal, el impacto del DNU y la reactivación de los conflictos sociales.
Todos los componentes del índice mostraron retrocesos. El más pronunciado fue el que mide la preocupación del Gobierno por el interés general, que cayó 9,7% y quedó en apenas 1,95 puntos. También bajaron la evaluación general (-4,9%), la capacidad para resolver problemas (-3,0%), la percepción sobre la honestidad de los funcionarios (-1,5%) y la eficiencia en el gasto público (-0,2%).
El informe también muestra diferencias según grupos sociales. Los varones, jóvenes de entre 18 y 29 años, personas con estudios universitarios y residentes del interior del país presentan niveles más altos de confianza. En cambio, las mujeres, los adultos mayores y quienes viven en el conurbano bonaerense y en CABA expresan una visión más crítica.
Comparado con otras gestiones, el Gobierno de Milei muestra una confianza 10,7% más baja que la que tenía Mauricio Macri en abril de 2017, aunque 34,5% más alta que la que registraba Fernández en abril de 2021. No obstante, la pendiente descendente preocupa al oficialismo, en un año marcado por la recesión, la tensión con los gobernadores y la incertidumbre legislativa.
Desde 2001, el ICG de Di Tella funciona como una herramienta de monitoreo del clima político. Su caída sostenida en los primeros meses del año marca una señal de alerta para el Ejecutivo, que busca estabilizar la economía mientras pierde apoyo en sectores que habían acompañado con expectativa el inicio de su gestión.