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¿QUIÉN VIENE DESPUÉS DE FRANCISCO?

Publicado : 27/04/2025
(Review)

La Iglesia Católica entra en un momento clave: el cónclave que elegirá al nuevo Papa. Entre especulaciones y pujas internas, se abre una disputa que no es solo religiosa, sino política, geopolítica y cultural.

Murió el primer Papa latinoamericano de la historia. El que vino desde el sur del mundo y no se calló ni ante los poderosos de la Tierra ni ante los lobos de su propia curia. Francisco descansa en Santa María la Mayor, pero su legado incómoda y divide. Y esa división atravesará, como una grieta global, el cónclave que desde el 5 de mayo se reunirá en la Capilla Sixtina para elegir a su sucesor.

La Iglesia está acéfala y detenida. Los cargos que nombró Bergoglio están en pausa. La web oficial del Vaticano exhibe la expresión “sede vacante”. Los cardenales electores ya se mueven, en público y en secreto. Las congregaciones generales permiten evaluar el estado de la Iglesia, pero los pasillos de Roma arden con negociaciones, nombres en danza y apuestas por lo que está en juego: no solo quién será Papa, sino qué Iglesia sobrevivirá a Francisco.

Algunos quieren retroceder. Otros, profundizar la línea del Papa de los descartados. Están los que apuestan por un pontífice “de transición” y quienes insisten en que, tras un argentino, debe venir un europeo. Hay presiones abiertas del ala ultraconservadora, con cardenales como Burke, Müller y Sarah actuando más como operadores que como pastores. Pero también hay figuras del sur global, del Asia y de África, con fuerte respaldo interno y simbólico, que podrían torcer la balanza.

En el centro de todas las miradas está Pietro Parolin, hombre de confianza de Francisco, hábil diplomático y carta fuerte del establishment vaticano. Pero también suenan Matteo Zuppi, con perfil progresista y trayectoria en mediación internacional; Luis Tagle, filipino cercano al pensamiento de Bergoglio; Jean-Claude Hollerich, aperturista en temas como celibato y diversidad sexual; y hasta el joven Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén.

A la espera de la “fumata blanca”, el Vaticano entra en su momento más político. Y el mundo también. Porque, al final, el nombre que se anuncie desde el balcón de San Pedro dirá mucho más que el apellido de un cardenal: dirá hacia dónde quiere caminar una Iglesia con más de mil millones de fieles… y qué modelo de civilización está dispuesto a defender.