La unidad sindical de las dos CTA bonaerenses apuesta a un proyecto electoral con fuertes críticas al gobierno de Milei y respaldo a Kicillof, en un contexto de ajuste y tensión social. La ambición política se fusiona con la lucha gremial en un plenario que mostró la capacidad organizativa del movimiento obrero.
El movimiento sindical bonaerense se prepara para dar un paso decisivo en la arena electoral. Las dos CTA —la Autónoma, dirigida por Oscar de Isasi, y la de los Trabajadores, encabezada por Roberto Baradel— consolidaron una postura crítica frente al ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei y lanzaron señales claras de apoyo a la gestión de Axel Kicillof, mientras apuestan a una creciente unidad gremial con fuerte proyección política.
El reciente plenario realizado en Ciudadela, que convocó a regionales de 25 municipios bonaerenses, fue un claro reflejo de la unidad sindical y de la ambición de las centrales para expandir su influencia más allá del ámbito de la lucha laboral. “Somos el motor de la unidad popular que está en expansión. El movimiento obrero está dispuesto a dar el siguiente paso hacia la construcción de una propuesta de país”, destacó De Isasi ante miles de sindicalistas y trabajadores que participaron en el evento.
El eje central de la discusión fue, sin dudas, el ajuste promovido por el gobierno nacional. Con un tono firme, Hugo Russo, secretario general adjunto de la CTA de los Trabajadores, expresó que la contradicción principal reside en las políticas de Javier Milei y denunció las consecuencias de esas políticas para los sectores más vulnerables. La crítica al modelo económico y la defensa de los derechos de los trabajadores fueron los pilares de la jornada.
“Estamos aquí para frenar el ajuste de Milei y, con la unidad de todos los sectores, podemos construir una propuesta alternativa que defienda los intereses del pueblo argentino”, aseveró Russo. Esta posición se complementa con el respaldo explícito a Axel Kicillof, al que las CTA consideran un aliado frente al desmantelamiento de los recursos provinciales. “Kicillof está llamado a ser uno de los principales actores de un nuevo frente político”, enfatizó De Isasi, al tiempo que recordó el impacto negativo que la gestión nacional ha tenido en el poder adquisitivo de los bonaerenses.
En un contexto marcado por el desfinanciamiento de los programas sociales y la falta de respuestas ante las demandas de los comedores y merenderos populares, la unidad gremial de las CTA no se limita a la resistencia, sino que también busca proyectar una propuesta programática. Esta estrategia apunta a no solo resistir, sino también a liderar el camino de una transformación política que pueda disputar el poder de manera efectiva.
Más allá de las críticas al gobierno de Milei, las CTA no ocultan su ambición de disputar la conducción del proyecto político provincial y nacional. Con un discurso que subraya la importancia de la unidad, De Isasi declaró: “Consolidar la unidad de las dos CTA es clave. No es solo sumar fuerzas, es multiplicarlas. A esta unidad se le pueden sumar otros sectores, como la CGT y los movimientos sociales. Juntos, podemos marcar una diferencia”.
Este plenario refleja, además, la nueva etapa del movimiento obrero en la provincia de Buenos Aires, que apuesta a un perfil político mucho más activo y a la construcción de un frente de poder capaz de desafiar tanto al ajuste económico de Milei como a la falta de propuestas reales para los trabajadores.
La unidad gremial, aunque no completamente explícita en términos electorales, comienza a mostrar las primeras señales de una estrategia política a largo plazo. En su cierre, De Isasi sentenció: “No se trata solo de resistir el ajuste, sino de transformar esa resistencia en un proyecto alternativo de país. Los trabajadores tenemos el poder para liderar ese cambio”.