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PETRÓLEO EN MALVINAS: MILEI CALLA, ISRAEL Y REINO UNIDO AVANZAN

Publicado : 18/04/2025
(Review)

Navitas y Rockhopper explotarán el yacimiento Sea Lion en aguas argentinas. Se repartirán ganancias por 25 mil millones de dólares, sin reclamo del gobierno nacional.

El Reino Unido y una petrolera israelí avanzan sobre los hidrocarburos del Atlántico Sur con total libertad. En medio del silencio del presidente Javier Milei, el proyecto Sea Lion —ubicado a 218 kilómetros al norte de las Islas Malvinas— prevé extraer 300 millones de barriles de petróleo en las próximas tres décadas, con ingresos estimados en 25.500 millones de dólares y regalías para el gobierno colonial británico por al menos 6.000 millones.

El consorcio está liderado por Navitas Petroleum, empresa israelí con el 65% del paquete accionario, y la británica Rockhopper, con el 35% restante. La etapa inicial contempla la perforación de 23 pozos en un área considerada “de clase mundial” por la calidad y cantidad de reservas. El gobierno argentino no solo no objetó el proyecto, sino que es el primero desde el retorno democrático que no promovió acciones legales ni reclamos diplomáticos ante una nueva avanzada sobre Malvinas.

Especialistas en geopolítica y energía advierten que las ganancias millonarias fluirán hacia accionistas de Israel, Reino Unido y Estados Unidos, mientras la Argentina es despojada de recursos estratégicos sin defender su soberanía. También alertan sobre el riesgo ambiental: el desarrollo petrolero se realizará en una zona sensible del Mar Argentino, bajo una normativa dictada por el régimen colonial isleño.

El silencio de Milei no es casual. El mandatario se declaró “aliado incondicional de Israel” y mantiene un alineamiento total con las potencias involucradas. Su gobierno, además, desmanteló áreas clave de la Cancillería dedicadas a la cuestión Malvinas, debilitando aún más la posición argentina.

La explotación del yacimiento Sea Lion representa una nueva afrenta a la soberanía nacional y un retroceso histórico. Mientras las empresas perforan el fondo del Atlántico, el Estado argentino mira para otro lado. Y el pueblo, una vez más, es despojado.