Un sondeo de Opina Argentina mostró que el 47% prioriza el derecho a la protesta y el 50% la libre circulación. El dato refleja la polarización política y social en un contexto de creciente tensión callejera.

En medio de una semana marcada por nuevas manifestaciones y el inminente paro general del 10 de abril, una encuesta de la consultora Opina Argentina reveló que la sociedad se encuentra fuertemente dividida frente al conflicto entre el derecho a la protesta y la libre circulación: el 47% de los consultados prioriza el derecho a manifestarse, mientras que el 50% defiende la circulación sin cortes.

El estudio fue realizado entre el 12 y el 16 de marzo, tras la violenta represión policial frente al Congreso durante la protesta de jubilados, donde fue agredido el fotógrafo Pablo Grillo. Con 1419 casos relevados en todo el país, los resultados muestran un patrón político claro: los votantes de La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio se inclinan mayoritariamente por la libre circulación, mientras que los de Unión por la Patria respaldan el derecho a protestar.

El clima de tensión crece en las calles y en la opinión pública. Las movilizaciones en defensa de los jubilados, la universidad pública y los derechos humanos han cobrado protagonismo en un año electoral donde se renovarán bancas legislativas. La solidaridad con los sectores vulnerables, especialmente con los adultos mayores, ha desplazado momentáneamente el foco mediático sobre los cortes de calle.

En este contexto, el gobierno de Javier Milei refuerza su postura represiva a través del protocolo antipiquetes, celebrado por Patricia Bullrich. No obstante, los enfrentamientos violentos con la policía, como los ocurridos frente al Congreso, han instalado el debate sobre los límites de la protesta y el rol del Estado frente a la conflictividad social.

Este miércoles, una nueva movilización de jubilados respaldada por la CGT pondrá a prueba la capacidad de articulación de los sectores populares. Para muchos, el piquete sigue siendo una herramienta legítima de lucha frente a un gobierno que no escucha. Para otros, es una barrera al "orden" prometido.