Combatieron, resistieron, callaron. La historia oficial los invisibilizó, pero los pueblos originarios también lucharon en Malvinas. Hoy, sus voces y memorias se levantan para reclamar reconocimiento.
La guerra de Malvinas dejó 649 argentinos muertos, miles de vidas marcadas y una deuda histórica que aún persiste: la participación de más de cien combatientes pertenecientes a pueblos originarios. Qom, mocovíes, wichis y mapuches fueron parte de esa gesta, pero quedaron fuera del relato oficial. Invisibles durante la guerra, ignorados tras la vuelta, discriminados por el mismo Estado que los envió a combatir.
Uno de ellos fue Juan Chico, docente qom, veterano e investigador. Su trabajo reveló que en Chaco hubo al menos 52 soldados indígenas en Malvinas. Dos de ellos murieron en combate. “No teníamos abrigo ni armas. Pero con orgullo fuimos a defender la soberanía”, relató. La discriminación no fue solo institucional: también la padecieron de parte de sus propios compañeros.
Gracias a su lucha, en 2013 Chaco instituyó el 26 de agosto como el “Día del Veterano y de los Caídos Indígenas en Malvinas”, en memoria de esa participación silenciada, y del alzamiento del gaucho Rivero —acompañado por originarios— contra la ocupación británica en 1833.
Chico denunciaba que la historia argentina omitía maliciosamente los aportes de los sectores populares y pueblos originarios: “Parece que nunca hicimos nada por la soberanía. Pero somos hijos y nietos de quienes la defendieron desde hace siglos”.
Para ellos, Malvinas no es una fecha, es una herida abierta. La democracia, decía Chico, también se la debemos a quienes combatieron en 1982. Reivindicar su presencia es también defender la memoria, la patria y la justicia social.