El máximo tribunal convalidó la designación de García Mansilla sin esperar al Senado. Crecen los cuestionamientos por la maniobra de Milei para copar la Justicia.

La Corte Suprema de Justicia tomó juramento a Manuel José García Mansilla como nuevo integrante del tribunal, en cumplimiento del decreto de Javier Milei. La decisión llega en medio de fuertes cuestionamientos sobre la legitimidad del nombramiento, ya que el Senado aún no trató los pliegos de los jueces propuestos por el presidente y podría rechazarlos.

El acto se llevó a cabo en el Salón Bermejo del Palacio de Tribunales, con la presencia del presidente de la Corte, Horacio Rosatti; el vicepresidente, Carlos Rosenkrantz; y el ministro Ricardo Lorenzetti. No hubo sorpresas: el máximo tribunal, que ya ha demostrado su alineación con las políticas neoliberales, acató sin reparos la orden del Ejecutivo.

Mientras tanto, la Corte Suprema adelantó que en el próximo Acuerdo del 6 de marzo tratará la solicitud de licencia extraordinaria del juez Ariel Lijo, otro de los nombres que Milei busca imponer en la cúpula del Poder Judicial.

La maniobra de la Corte no pasó desapercibida. Constitucionalistas y especialistas en derecho han advertido que el decreto de designación de jueces sin acuerdo del Senado representa un grave atropello institucional. Sin embargo, la cúpula judicial parece más interesada en garantizarle a Milei el control del Poder Judicial que en preservar la división de poderes.

En este contexto, el Senado aún tiene la posibilidad de rechazar los pliegos y, eventualmente, frenar el intento de copamiento de la Corte. Pero, por ahora, el máximo tribunal ha dejado claro de qué lado está: el de la obediencia debida al proyecto autoritario de Javier Milei.