La FETIA denunció que la entrega de las centrales hidroeléctricas constituye una “estafa al pueblo argentino”, advirtió sobre la pérdida de soberanía energética y reclamó un plan alternativo para sostener el control público de un recurso estratégico.

La Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (FETIA) expresó su rechazo absoluto al proceso de privatización de las represas hidroeléctricas del Comahue, una infraestructura clave del sistema energético nacional que aporta cerca del 24% de la generación eléctrica del país y constituye la fuente de energía más económica disponible en la Argentina.

Desde la organización sindical advirtieron que las represas fueron construidas íntegramente con fondos públicos, a partir del esfuerzo colectivo de generaciones de argentinos y argentinas, y denunciaron que su privatización implica “entregar a precio vil activos estratégicos ya amortizados” para que sean explotados por empresas privadas con fines exclusivamente lucrativos.

El secretario general de la FETIA, Pedro Wasiejko, sostuvo que la decisión de avanzar con la privatización representa una transferencia directa de riqueza desde el Estado hacia un reducido grupo de compañías. “Privatizarlas hoy implica regalar ese esfuerzo colectivo a empresas privadas que pasarán a apropiarse de una rentabilidad construida con recursos públicos, sin haber realizado una inversión equivalente”, afirmó.

En ese sentido, el dirigente remarcó que las represas del Comahue no pueden ser analizadas como un simple negocio financiero. Señaló que forman parte de una planificación integral de desarrollo regional que articula energía, agua, producción, transporte y empleo, y que resulta central para el crecimiento industrial y el fortalecimiento de las economías regionales, en particular en la Patagonia.

Desde una mirada complementaria, Fernando Lisse, integrante del Foro en Defensa de los Ríos y las Represas del Comahue, advirtió que la privatización conlleva una pérdida de soberanía energética y profundiza un modelo extractivista que subordina decisiones estratégicas al interés privado. Además, alertó sobre los riesgos que supone delegar la operación y el mantenimiento de obras críticas a empresas cuyo objetivo central es el lucro, poniendo en juego la seguridad de las poblaciones ubicadas aguas abajo.

En el comunicado, la FETIA también interpeló a las fuerzas políticas de la oposición para que no se limiten a rechazar el proceso privatizador, sino que elaboren y difundan una propuesta concreta que recupere el control público de los recursos estratégicos, garantice energía accesible y contribuya a un proyecto de desarrollo nacional con eje en la industria y el trabajo.

Las represas del Comahue, concluyeron desde la organización, fueron concebidas para impulsar un modelo de país federal, industrial y soberano, y no para alimentar la rentabilidad de unos pocos. Defenderlas, sostuvieron, es defender el trabajo argentino, la soberanía energética y el futuro del país.