En un acto de definición interna, el referente social presentó un decálogo ético para su bloque parlamentario, combinando principios de humildad con una estrategia de confrontación frente al "proyecto de miseria" del Gobierno.

Con la facultad de Medicina de la UBA como escenario simbólico, Juan Grabois cerró filas. Frente a delegados de todo el país y el bloque de cinco diputados nacionales que integra, el líder de Patria Grande no solo hizo un balance: lanzó un manual de guerra política para la oposición. El sábado 13 de diciembre, el espacio presentó su “Decálogo de Principios Éticos y Políticos”, una carta de ruta que busca convertir su bancada –y a sí mismo– en la expresión legislativa de la militancia social y en un dique de contención frente al gobierno de Javier Milei.

“A no entrar en el terrorismo psicológico de ellos, de que tienen razón”, desafiò Grabois desde el escenario, en un discurso que mezcló la arenga con la doctrina. “No tienen razón en reprimir, en discriminar. Y aunque los votara el 99.9% de la gente, tampoco tienen razón”. Con esa lógica de principios contra mayoría, el referente justificó la necesidad de una herramienta que discipline a su propio bloque, ahora fortalecido tras las elecciones de octubre, para “enfrentar el proyecto de miseria planificada”.

El decálogo, de diez puntos concisos, fija reglas de conducta interna para los funcionarios del espacio. Sus puntos centrales incluyen la "austeridad y simplicidad de vida", la prohibición absoluta de la corrupción y el nepotismo, y la obligación de "servir al pueblo de todo corazón", priorizando a la clase trabajadora y los sectores pobres. El documento busca subordinar el cargo público a un "proyecto colectivo" de transformación y promover el "desplazamiento de las élites" en la administración del Estado.

La presentación fue, en sí misma, un acto de proyección de gobierno. No solo participaron los diputados Itai Hagman, Natalia Zaracho, Fernanda Miño y Adriana Serquis, sino también los equipos técnicos de la Fundación para el Desarrollo Humano Integral, que expusieron los planes sectoriales en los que trabajan hace años. El mensaje fue dual: aquí hay un bloque parlamentario combativo y, simultáneamente, un gabinete en sombras preparando “un programa de transformación profunda”.

El timing no es casual. La actividad se da en los primeros días del nuevo período legislativo, con una oposición que busca reorganizarse tras la arremetida libertaria. Con este decálogo, Patria Grande hace su apuesta: construir credibilidad desde la ejemplaridad y la coherencia militante, marcando una diferencia tanto con el oficialismo que denuncia como con socios opositores a los que perciben contaminados por los vicios del sistema. Grabois no solo les está diciendo a sus diputados cómo votar; les está diciendo cómo vivir y para qué luchan. En su batalla cultural contra Milei, la primera trinchera es la propia bancada.