El ministro de Infraestructura bonaerense supervisó la obra que elimina un cruce ferroviario peligroso y destacó la inversión pública en un "contexto económico" adverso, contrastando con el ajuste nacional.
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis, habilitó este miércoles al tránsito el nuevo Paso Bajo Nivel en Rafael Calzada, Almirante Brown, una obra que resuelve un punto crítico de seguridad vial y demoras en el cruce del Ferrocarril Roca. En un acto junto al diputado provincial Mariano Cascallares y al intendente interino Juan José Fabiani, Katopodis destacó que "es histórico que hoy el municipio pueda llevar adelante una obra de esta magnitud, en este contexto económico", y trazó una línea divisoria clara: "Tenemos dos modelos de país bien diferentes. Nosotros vamos a defender una Argentina que crezca, que se ponga de pie y reconozca el esfuerzo de los laburantes".
La obra, que incluye dos puentes ferroviarios, muros de contención, pavimento de hormigón, rampas accesibles, un puente carretero y un sistema de bombeo pluvial, permitirá una circulación fluida y segura entre el este y oeste de la ciudad, eliminando los riesgos y demoras asociados al cruce a nivel del tren. El trazado del túnel, de aproximadamente 190 metros con diseño en curva, garantiza doble sentido de circulación apto para tránsito pesado y mejora la accesibilidad a la Estación Calzada, optimizando además el sistema de desagües para brindar mayor seguridad hidráulica en la zona.
"Es histórico que hoy el municipio pueda llevar adelante una obra de esta magnitud, en este contexto económico", aseguró Katopodis, en una clara referencia al ajuste presupuestario y al congelamiento de la obra pública que impulsa el gobierno nacional de Javier Milei. La afirmación del ministro provincial no es casual: se produce en medio de una pulseada política donde el gobierno de Axel Kicillof exhibe cada nueva obra como prueba tangible de un modelo de Estado presente, frente a la retórica de "desinfletar el Estado" y el desmantelamiento de programas de inversión que caracteriza al libertario.
La habilitación de este paso bajo nivel no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia comunicacional y política más amplia. Mientras Milei recorre el mundo prometiendo "cero déficit" y recorta subsidios a la energía y el transporte, el gobierno bonaerense pone en valor la inversión en infraestructura que mejora la calidad de vida concreta de los vecinos: menos tiempo de viaje, más seguridad vial, mejor conectividad. Es la materialización del "otro modelo" al que alude Katopodis: uno donde el Estado invierte, planifica y ejecuta, en contraposición a la ideología del achique y la privatización de lo público.
La obra en Rafael Calzada, por lo tanto, trasciende su función técnica. Se convierte en un símbolo de la disputa por el sentido de la política: para unos, el Estado es un obstáculo a reducir; para el gobierno de Kicillof y su ministro Katopodis, es la herramienta indispensable para "reconocer el esfuerzo de los laburantes" y construir una Argentina que "crezca y se ponga de pie". En cada tonelada de hormigón, en cada rampa para personas con movilidad reducida, hay una respuesta concreta al relato del ajuste.