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LOS VIAJES DE MILEI Y SU HERMANA COBRADOS CON EL AJUSTE AL PUEBLO

Publicado : 08/12/2025
(Review)

Mientras exige austeridad a jubilados y desmantela el Estado, el Presidente acumula 27 giras y 4,2 millones de dólares en gastos de viaje en menos de dos años

El gobierno de Javier Milei exhibe una contradicción brutal entre el discurso de ajuste y austeridad que impone al pueblo y el derroche millonario que sostiene en viajes internacionales junto a su hermana y asesora, Karina Milei. En menos de dos años de gestión, el Presidente acumuló 27 giras al exterior, más de 60 vuelos y gastos por 4,2 millones de dólares mientras recorta programas científicos, paraliza obras públicas, congela jubilaciones y desfinancia políticas para personas con discapacidad, configurando un esquema donde la elite libertaria viaja por el mundo a costa del sacrificio de millones de argentinos.

La investigación sobre los traslados presidenciales revela que Milei destinó casi 100 días a viajes internacionales que, en su mayoría, poco aportaron a resolver los problemas urgentes de la sociedad argentina. Cada dólar gastado en hoteles de lujo, vuelos privados y comitivas ampliadas fue financiado por un pueblo que enfrenta tarifazos impagables, caída del empleo registrado, cierre de PyMEs y un ajuste sin precedentes en áreas sensibles como salud, educación y ciencia. La paradoja es obscena: quienes exigen "sacrificio" y "eficiencia" reproducen los privilegios de la casta política que decían combatir.

Los destinos elegidos por el mandatario no son neutrales: desde peregrinaciones ideológicas a think tanks libertarios en Estados Unidos hasta reuniones con financistas y fondos buitre, los viajes funcionan como una extensión de su proyecto político de desregulación y entrega soberana. Mientras en Argentina se discute cómo pagar la luz o el gas, la comitiva presidencial gasta en suites y traslados lo que equivaldría al presupuesto anual de decenas de comedores escolares o centros de atención primaria de la salud.

Esta práctica no solo refleja hipocresía, sino también una concepción del poder divorciada de las necesidades populares: la agenda internacional de Milei prioriza la construcción de imagen global y el culto personal antes que la gestión de la crisis doméstica. Los casi 100 días fuera del país equivalen a una cuarta parte de su mandato, tiempo en el que se profundizó la recesión, se perdieron 270.000 empleos privados y la pobreza trepó a niveles históricos, sin que las giras hayan generado inversiones concretas o alivio para la economía real.

El contraste es deliberado: cada anuncio de recorte a jubilados o discapacitados coincide con nuevas imágenes de la pareja presidencial en aviones, hoteles y recepciones internacionales. El mensaje es claro: la austeridad es para los de abajo; la fiesta libertaria, para los de arriba. Una ecuación perversa donde el pueblo paga la cuenta de un gobierno que viaja por el mundo predicando un capitalismo de amigos disfrazado de revolución liberal.