La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución histórica que refuerza el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, independencia y libertad frente a la ocupación israelí. Con un respaldo abrumador de 170 países, el pronunciamiento también reiteró la ilegalidad de las políticas de Israel en los territorios ocupados y exigió su cese inmediato.

Pese al amplio consenso, seis países se opusieron, entre ellos Argentina, junto a Estados Unidos, Israel, Paraguay, Micronesia y Nauru. Esta posición, que generó críticas tanto dentro como fuera del país, se alinea con la narrativa de seguridad impulsada por Tel Aviv, pero contradice la postura tradicional argentina de apoyo a los derechos humanos y la justicia internacional.

La resolución resalta que los derechos del pueblo palestino son “inalienables, incondicionales y no negociables”. Además, cita la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, que declaró ilegal la ocupación israelí y subrayó la urgencia de terminar con estas prácticas.

Riyad Mansour, representante de Palestina ante la ONU, destacó el compromiso de su país para movilizar el respaldo internacional y aseguró que el liderazgo palestino continuará exigiendo que Israel rinda cuentas por sus crímenes. También urgió a la comunidad internacional a garantizar un cese al fuego en Gaza y facilitar la ayuda humanitaria para mitigar el sufrimiento de la población civil.

Mientras el mundo refuerza su apoyo a Palestina, el voto argentino genera dudas sobre la coherencia de su política exterior, que parece alejarse de los principios históricos de defensa de los derechos humanos en foros internacionales.